Capítulo 715 - Padre E Hijo
Los ojos de Hogg estaban húmedos.
Su cuerpo temblaba por la emoción a medida que miraba cuidadosamente a ese joven con una sensación familiar.
Miró esas cejas… esos ojos… esa nariz…
Al mismo tiempo, los comparó con los recuerdos que tenía de Linley de joven.
—Linley, realmente….
¿realmente eres tú?
La voz de Hogg estaba ronca, y sus ojos estaban rojos.
—Soy yo, Padre.
¡Realmente soy yo! —impacientemente quiso demostrar que era él—.
Padre, ¿recuerdas cómo, cuando estábamos en nuestro salón ancestral, me pediste que presentase mis respetos a los ancestros de nuestro clan? ¿Aún recuerdas como probaste la Sangre de Dragón en mis venas? Y te había dicho que tenía tres buenos amigos en el Instituto.
¡Dos de ellos están aquí!
Linley inmediatamente señaló hacia el cercano Yale.
—Mira, él es Yale, del Conglomerado Dawson.
Y allí; ¡ese es George del Imperio Yulan!
—¡Y yo! —Bebe también voló fuera, mirando a Hogg—.
Tío Hogg, ¿me recuerdas? Soy ese pequeño Ratón de las Sombras.
A medida que hablaba, su cuerpo se transformó en un pequeño ratón negro, brincando sobre los hombros de Linley a medida que hablaba en lengua humana.
—¡Fue el jefe quien me crio!
Hogg asintió repetidamente.
—Padre, mira, ¡el Anillo Dragón Enroscado! Tú sabias sobre él, ¿no?
Mostró su anillo.
Hogg al oír eso comenzó a llorar de alegría.
—Cierto.
¡Cierto! —él no pudo evitar estirar sus brazos, tomando a Linley en su abrazo.
Él palmeó su espalda repetidamente—.
Jaja, realmente eres tú.
Linley.
Esto es maravilloso.
Hogg estaba tan emocionado que tartamudeó.
Él había muerto, luego fue transformado en un no muerto.
Había pasado más de dos mil años como un no muerto, pero repentinamente recuperó sus recuerdos y fue traído aquí.
Y entonces, su hijo había aparecido de repente frente a él.
¿Cómo podría no estar emocionado? ¿No estar feliz?
—Padre, ven.
Vamos para adentro.
Entremos y conversemos.
Linley se secó las lágrimas, luego tomó inmediatamente a su padre de la mano y lo condujo volando hacia el patio trasero de la Posada Abisal.
Poder ver a su padre fue una especie de alegría que superó la dicha y emoción que sintió al descubrir que se había convertido en un Alma Mutada.
Él sintió como si hubiese vuelto a su juventud, cuando aprendió de su padre sobre la cultura y más.
Cuando no lo hacía bien, era golpeado en la palma.
En aquel entonces, sentía que era muy doloroso, pero pensar en ello ahora le daba una cálida sensación.
La muerte de su padre había causado que se hundiese en un abismo de oscuridad.
Él estaba dispuesto a renunciar a todo por venganza.
Pero ahora… ¡Todo estaba mejor!
Dentro de la habitación.
Un grupo de personas estaba sentado en torno a dos mesas, mientras Hogg todavía se sentía completamente desconcertado.
Rápidamente le preguntó a Linley: —Linley, ¿qué está pasando aquí? Antes, era un Caballero Negro de nivel Santo.
¿Cómo fue que de repente recuperé mi memoria y fui traído aquí, y entonces nos vimos?
Hogg nunca había oído de un no muerto que recuperase sus memorias.
—El jefe le pidió al Soberano que lo hiciese.
—Jaja —el cercano Dixie suspiró, y luego dijo—.
Tío Hogg, en los últimos dos mil años, Linley ha ido más allá de ser un estudiante genio del Instituto Ernst.
Es un experto que se encuentra en la cima del Inframundo, el Reino Infernal y los otros Planos Superiores.
Él fue quien le pidió al Soberano que restaurase todos nuestros recuerdos y enviase a que la nos buscasen, y luego nos trajesen aquí.
Yale, George y yo, todos fuimos traídos por expertos de nivel Espectro de Siete Estrellas.
—¿Le pidió al Soberano que nos encontrase, e incluso ordenó que nos buscasen?
Hogg no pudo evitar mirar a su hijo que estaba al frente suyo.
En el continente Yulan, Hogg sabía que su hijo tenía potencial, pero solo creía que Linley se volvería un mago poderoso, o tal vez incluso traería devuelta la reliquia sagrada de la familia.
Pero… ¿Pedirle favores a un Soberano? Sintió como su cabeza daba vueltas de solo pensar en ello.
—Linley, cómo eres…
Hogg ni siquiera sabía qué preguntar.
¿Preguntar sobre el nivel de poder de su hijo? ¿Qué había estado haciendo su hijo todos esos años?
—El jefe es un Dios Altivo Paragon —dijo Bebe con orgullo.
El cercano Yale, y los demás, también habían aprendido eso en los últimos años.
—¿Qué es un Paragon? —preguntó Hogg.
Bebe se sorprendió.
Previamente, los padres de Bebe y Yale tampoco conocían lo que significaba ser un ‘Paragon’.
Solo después de escuchar una explicación lo entendieron.
La Madre de Bebe, esa mujer vestida de violeta, dijo con una risa: —Hogg, ser un Dios Altivo Paragon significa que… entre las Deidades, ¡tú hijo es un individuo sin igual! Incluso los Soberanos lo invitarían cordialmente a convertirse en un Emisario.
—Él es incomparable… ¿entre las Deidades? —parpadeó varias veces y miró a Linley con asombro.
Hogg tenía la sensación de que todo lo que había sucedido hoy, ver a Linley, oír todas esas cosas, todo era un sueño.
La reacción de Hogg fue la que todos habían pensado que sería.
Cuando Yale y George preguntaron acerca de las habilidades de Linley, después de recibir respuestas claras, también habían quedado aturdidos durante un largo tiempo.
Todos sabían exactamente cuántas Deidades había en el Inframundo y en el Reino Infernal.
Ellas eran contadas en billones.
Había innumerables Deidades en los innumerables planos.
¿Cuán espantosamente poderoso debía uno ser, para estar en lo más alto de la pirámide?
Hogg había experimentado dos mil años de vida en el Reino No Muerto, y su fortaleza mental era mucho mayor que antes.
Se recuperó rápidamente, luego sus ojos se iluminaron y apresuradamente preguntó: —Linley, la muerte de tu Madre.
Fue el Duque Patterson del Reino de Fenlai… ¿fuiste capaz de vengarte?
—Él murió.
Yo lo maté personalmente —dijo solemnemente.
—¿Y la otra persona detrás de él? ¿Descubriste quién era? —dijo frenéticamente.
Hogg había descubierto que detrás del Duque Patterson, había otra persona que controlaba todo detrás de las escenas.
Sin embargo, fue atacado y perseguido por las fuerzas de Patterson antes de que pudiese descubrir quién era aquella persona, y entonces había muerto.
—Lo hice.
Detrás de él estaba el Rey de Fenlai, ‘Clayde’ —asintió—.
¡Después, en la Ciudad de Hess, maté a Clayde!
—¿Fue el Rey Clayde?
Hogg estaba aturdido.
—A pesar de que maté a Clayde, ese asunto todavía no había terminado.
Madre había sido ofrendada por Clayde a la Iglesia Radiante.
Fue la Iglesia Radiante la que mató a mi Madre, y luego ofrendó su alma al Jefe Soberano de la Luz.
La voz de Linley era muy baja.
Él todavía albergaba tremendo odio contra la Iglesia Radiante.
Podría decirse que Doehring Cowart también murió debido a la Iglesia Radiante.
Hogg, al oír eso, frunció el ceño.
Un aura funesta se formó en su rostro, y dijo en voz baja: —¿La Iglesia Radiante?
—Después, erradiqué a la Iglesia Radiante, arrancándola de raíz —continúo.
Hogg miró a su hijo, sorprendido.
En el continente Yulan, la Iglesia Radiante había sido una entidad enorme.
Aun así, Hogg sabía que, lógicamente, dado que su hijo ahora estaba en la cima del poder, tenía sentido que, en el pasado, fuese capaz de erradicar a la Iglesia Radiante.
—¡Todo ha sido resuelto! —Hogg dejó salir un largo suspiro, luego sacudió su cabeza y rio auto-burlonamente—.
Fui demasiado terco.
Han pasado dos mil años, pero todavía no he podido olvidar esos asuntos.
Aun así, ¿cuál es el punto de pensar en ellos? Lina murió hace mucho tiempo.
—Padre.
Madre realmente no murió —dijo.
—¿Eh?
Los ojos de Hogg se iluminaron instantáneamente, y parecía lleno de energía a medida que miraba a Linley con esperanza en sus ojos.
Linley asintió solemnemente.
—Padre, cuando mataron a mi Madre, su alma fue ofrecida al Jefe Soberano de la Luz.
Ella actualmente debería ser uno de los Ángeles del Plano Divino de la Luz.
Solo que aquellos que han sido transformados en Ángeles son absolutamente leales a los Soberanos de la Luz… ayudar a mi Madre a recuperar su libertad y tenerla de nuevo con nosotros, será muy difícil.
—Tú… ¿ni siquiera tú puedes lograrlo? —preguntó apresuradamente.
Actualmente, como Hogg lo veía, dado que su hijo era una de las Deidades más poderosas, e incluso los Soberanos pelearían por tenerlo como un Emisario, el estatus de su hijo debía ser suficiente para que un Ángel fuese restaurado.
Él sintió que eso no debería ser difícil.
—No tengo la confianza de ser capaz de lograrlo —negó con la cabeza.
El cercano Bebe dijo, con una mirada amarga en su rostro: —El Jefe Soberano de la Muerte dijo que incluso si ella fuese a hablar personalmente con el Jefe Soberano de la Luz, todavía sería poco probable.
Ya que incluso el Jefe Soberano de la Muerte es incapaz de lograrlo… las posibilidades de que el jefe vaya y tenga éxito son muy bajas.
Bebe tampoco tenía confianza en Linley.
¡El mismo Linley se sentía muy culpable por eso!
—Jaja.
Olvídalo —dejó salir un largo suspiro, luego rio—.
Linley, deberíamos agradecer al cielo que los dos, padre e hijo, podemos volver a vernos.
¿Reunirnos con tu Madre también? Esa es solo una vana esperanza.
No te preocupes por eso.
Eso es buscar problemas.
—Padre…
Linley miro a su padre, asombrado.
De la última carta que su padre había dejado antes de su muerte, él entendió cuán profundo era el amor de su padre por su madre.
Su padre estaba dispuesto a morir por ella; ¿Por qué ahora estaba dispuesto a rendirse tan fácilmente?
—Olvídate de eso.
¿Cómo puede todo ser perfecto y como lo deseamos? —dijo con una suave risa.
Ese mismo día, Hogg, Linley, Yale, George y los demás comenzaron a discutir enérgicamente los diversos asuntos que les habían sucedido en su tierra natal.
El continente Yulan.
Después, Hogg comenzó a hablar de su vida como no muerto, a medida que Linley discutía sus experiencias durante los últimos tres mil años.
Hogg ahora entendía realmente cuan largo había sido el viaje en el cuál Linley se había embarcado.
Se sintió preocupado cada vez que lo escuchaba narrar una de sus peligrosas experiencias, pero al mismo tiempo, un sentimiento de orgullo se hinchaba en su pecho.
En frente de la Posada Abisal.
El grupo de Linley se estaba preparando para partir.
—Esperen un momento.
Volveré pronto —dijo a su padre y amigos, luego caminó hacia el estanque que estaba en el centro de una zona cubierta por hierba cerca de la Posada Abisal.
Junto a la piscina había una hermosa doncella pelirroja que estaba pescando felizmente.
Otros no sabían quién era realmente la doncella pelirroja, pero Linley lo sabía.
A ella le gustaba presenciar personalmente a un experto del Inframundo tras otro ir allí en busca de la Fruta Abisal, y luego morir.
El Jefe Soberano de la Muerte.
Dejando a un lado su caña de pescar, la doncella pelirroja se giró para mirarlo: —¿Que, te estás yendo?
Linley pudo notar las distorsiones espaciales cercanas; el Jefe Soberano de la Muerte había creado una barrera espacial, impidiendo que otros escuchasen y evitando que sus palabras se filtrasen.
Linley suspiró internamente ante la aterradora fuerza del Jefe Soberano de la Muerte, y luego respondió: —Sí, Soberano.
Las seis personas que estaba esperando recibir ya han llegado.
Gracias, Soberano.
Por los problemas que ha tomado durante este periodo de tiempo.
La doncella pelirroja sonrió ligeramente, revelando unos dientes blancos aperlados y prístinos.
—La primera vez que te vi, eras solo un pequeño que había alcanzado el nivel de un comandante.
En un parpadeo te has convertido en un Paragon.
—Soberano hay una última cosa en la que me gustaría que me ayude.
Linley vaciló un poco, y luego habló.
—Realmente eres problemático.
Habla.
En los últimos años, él a menudo se encontraba con el Jefe de la Muerte cerca de la Posada Abisal, por lo que su relación había mejorado significativamente.
—Soberano, deseo encontrar a un Espectro de Siete Estrellas llamado ‘Odín’.
¿tiene algún método por el cual usted pueda lograr eso? —preguntó expectante.
Durante ese periodo de tiempo reciente, Yale siempre había querido encontrar a Odín, pero, desafortunadamente, el Inframundo era infinitamente vasto.
Aunque Linley era poderoso, buscar a Odín era como buscar una aguja en el mar.
—¿Encontrar un Espectro de Siete Estrellas? ¿Odín? —la doncella pelirroja frunció el ceño levemente.
Ella no pudo evitar soltar un pequeño bufido—.
¿De verdad crees que estoy aburrida y que no tengo nada que hacer? No tengo idea de qué clase de aura espiritual tiene ese ‘Odín’ tuyo.
Todo lo que me das es un nombre; ¿cómo se supone que voy a encontrarlo? A menos que, por supuesto, una vez fuese un no muerto.
Solo entonces puedo usar el Corazón del Inframundo para buscarlo.
De lo contrario no hay forma.
Linley solo pudo reír torpemente.
De hecho, era difícil encontrar a alguien con solo un nombre.
Era precisamente debido a que era difícil que había ido a molestar al Jefe Soberano de la Muerte sobre eso.
Él pensó que el Corazón del Inframundo podría encontrarlo, pero por lo que parecía, solo aquellos que una vez se convirtieron en no muertos podían ser encontrados a través del Corazón del Inframundo.
—Encontrar una sola persona no debería ser demasiado difícil, dado tu estatus —la doncella pelirroja rio suavemente—.
Solo encuentra un Castillo Espectro y publica una misión.
Di que quieres encontrar a un Espectro de Siete Estrellas llamado Odín.
¿Las misiones que tú, Linley, emitas? Me imagino que habrá algunos Comandantes y Lords Prefectos que pelearan por la oportunidad.
Tal vez solo unos pocos Dioses Altivos ordinarios habrían oído hablar de Linley, pero, entre los Comandantes y Lords Prefectos, dentro de mil años, muy probablemente todos habrían aprendido su nombre.
La doncella pelirroja luego giró su cabeza y volvió a su pesca.
—Suficiente.
¡Puedes irte ahora!
—Gracias, Soberano —hizo una leve reverencia, luego giró y se fue.
—Vámonos.
¡Vamos a la Montaña Sagrada de los No Muertos! —sonrió hacia su padre y amigos, y luego sacó una forma de vida metálica enorme.
Se mantuvo flotando en el aire y luego ese grupo de expertos la abordó.
Con un destello, la forma de vida metálica se transformó en un punto de luz, desapareciendo en el horizonte.
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