Capítulo 99 - ¿Gran Maestro Escultor?
Poco después de que el Instituto Ernst comenzase el nuevo semestre escolar, Hillman llegó a al Instituto Ernst en busca de Linley.
En frente de la puerta principal del Instituto Ernst, Hillman estaba frunciendo el ceño mientras esperaba.
Claramente tenía el estómago lleno de malos pensamientos.
El Instituto Ernst estaba bajo una administración muy estricta, y como un forastero sin ningún poder o estatus particular, no tenía la calificación necesaria para entrar.
Después de un tiempo, Yale y Reynolds, ambos vestidos con túnicas azul cielo, se detuvieron y caminaron hacia él.
—Usted es el tío de Linley, Hillman, ¿cierto? Me encontré con usted antes —dijo Yale cálidamente.
Hillman había visto anteriormente a los tres hermanos de Linley.
Al ver a Yale y a Reynolds, de inmediato se dirigió hacia ellos y les preguntó: Hola… Sé que son compañeros de clase de Linley, y quería preguntarles, ¿por qué Linley no volvió para celebrar el Año Nuevo? Cada año, en el pasado, él volvía a casa en esa fecha.
—Uh…
Yale y Reynolds intercambiaron miradas.
Que Linley hubiese tenido el corazón roto no era un evento feliz.
No sería bueno que ellos lo revelasen a los familiares de Linley.
La velocidad de reacción Reynolds fue la más rápida.
Sonriendo, dijo: —Tío Hillman, Linley está totalmente concentrado en su entrenamiento, y mucho antes de las examinaciones de fin de año, ya había llegado al rango de mago de sexto rango.
Y entonces, entró una vez más en la Cordillera de las Bestias Mágicas para entrenar.
Hombre, él sí que trabaja duro… Ni siquiera se molestó en regresar para las examinaciones anuales.
Ese sujeto, Dixie, fue evaluado como un mago de sexto rango este año.
Algunas personas están diciendo que Dixie ha sobrepasado a Linley.
—A tercer hermano no le importan esas cosas superficiales.
Cierto, tío Hillman, Linley se dirigió a la Cordillera de las Bestias Mágicas en diciembre.
Deber volver muy pronto.
¿Hay algo importante? Si es así, puede decirnos.
Definitivamente le dejaremos saber en cuanto vuelva —dijo Yale con mucha cortesía.
Hillman estuvo en silencio por un tiempo, entonces agitó su cabeza en negación, una sonrisa yacía en su rostro, aunque no parecía una sonrisa.
—No… Nada importante.
Es solo que Linley siempre había vuelto cada año, y como no lo hizo este año, su familia se preocupó y quería ver como estaba.
Ya que ahora sabemos que Linley ha entrado en la Cordillera de las Bestias Mágicas, estamos satisfechos.
—Tío Hillman, no te preocupes, cuando el tercer hermano vuelva, definitivamente le diré que vaya a casa lo más pronto posible así usted no se tendrá que preocupar —dijo Yale de inmediato.
Hillman negó con la cabeza.
—No hay necesidad, no hay prisa para que vuelva.
Déjalo concentrarse en su entrenamiento.
Cuando tenga tiempo libre, puede volver.
Nada grande está pasando en casa de cualquier manera.
Gracias a ustedes dos.
Me iré ahora.
Viendo partir a Hillman, Yale y Reynolds sonrieron, luego giraron y se fueron.
De repente…
—¡Joven maestro Yale, joven maestro Reynolds!
Desde lejos, una voz extremadamente amigable resonó.
Yale y Reynolds se giraron para ver afuera del Instituto.
A lo lejos, pudieron ver un carruaje aparcado protegido por cuatro caballeros armados.
Frunciendo el ceño, Yale dijo inquisitivamente: —¿Quién me llama? Oh.
Es Austoni.
Yale vio a Austoni mostrando su rostro fuera del carruaje.
Austoni fue el primero en salir del carruaje.
Él sonrió humildemente a Yale, y luego, respetuosamente, se puso de pie a un lado.
En ese momento, la puerta del carruaje fue empujada una vez más, y un caballero calvo de apariencia muy distinguida con un bastón en la mana caminó lentamente hacia ellos.
Yale y Reynolds intercambiaron miradas.
—¿Quién es ese vejestorio? Parece distinguido.
—dijo Reynolds en tono bajo.
Yale negó con la cabeza.
Bajando su tono, dijo: —Tampoco reconozco a ese vejestorio.
Pero basado en las acciones de Austoni, deber ser un individuo importante.
Austoni es un administrador de alto nivel en la Galería Proulx, por lo que también tiene un gran estatus.
Acompañado por Austoni, ese anciano de apariencia distinguida, caminó hacia ellos, sonriendo.
—Pequeño Yale, hola —el anciano sonrió a medida que hablaba con Yale—.
Me encontré con tu padre no hace mucho.
Tu padre estaba lleno de alabanzas hacia ti.
Jaja, para que el Sr.
Dawson tenga un hijo como tú en el Instituto Ernst es algo de mucho orgullo.
Yale observó inquisitivamente al anciano.
—¿Dijo que conoce a mi padre? Y, ¿parece que es cercano a él?
Austoni dijo desde un lado: —Joven maestro Yale, este es el director administrativo de nuestra Galería Proulx.
Puedes dirigirte a él como Director Maia.
—No hay necesidad, solo llámame tío Maia.
He sido muy buen amigo de tu padre por décadas —dijo el anciano con una sonrisa.
Yale se sintió secretamente sorprendido.
La Galería Proulx era suelo sagrado de las artes.
Cada gran ciudad en el continente Yulan tenía una rama de la Galería Proulx.
Incluso aquí en la Ciudad de Fenlai, el valor total de todas las esculturas guardadas en la Galería Proulx local equivaldría a una cantidad enorme.
Y eso no era ni la mitad de lo que tenían.
La cosa más importante era el estatus.
Ser el director administrativo del suelo sagrado para las artes significaba que el estatus de ese Director Maia estaba en los niveles más altos de las personas en todo el continente Yulan, y él incluso podría estar en buenos término con combatientes de nivel Santo.
¿Cómo podría alguien menospreciar a alguien así?
Lo que es más, la Galería Proulx tenía una extremadamente formidable fuerza armada, de otra manera, ¿cómo podrían ellos proteger sus valioso tesoros?
—Tío Maia —dijo Yale humildemente.
El Director Maia se giró a mirar a Reynolds.
—¿Y este es?
—Este es un buen hermano mío, Reynolds —respondió de inmediato.
Muy elegantemente, Reynolds también dijo: —Muy complacido de conocerlo, Director Maia.
El Director Maia asintió ligeramente.
Por los movimientos de Reynolds, él podía decir que había recibido un excelente tutelaje desde que era joven.
—Tío Maia, si puedo preguntar, ¿por qué ha venido aquí? —preguntó.
A pesar de que estaba preguntando, en su corazón, Yale ya sospechaba la respuesta.
—Hay un 80% de que él esté aquí debido a esa escultura del tercer hermano, ‘Despertar de un Sueño’.
La última vez que el Instituto Ernst tuvo un feriado, debido al hecho de que había pasado mucho tiempo desde que Linley había enviado una escultura a la Galería Proulx, Austoni había venido a ver cuál era la situación.
Pero al llegar al dormitorio de Linley, por casualidad, Austoni había quedado atrapado ante la vista de esa escultura, la cual ellos habían puesto en el dormitorio.
Como un administrador de alto nivel de la Galería Proulx, los ojos de Austoni eran demasiado afilados.
Con esa sola mirada, estuvo absolutamente seguro de que esa escultura de Linley estaba calificada para ser descrita y posicionada en el pináculo de todo el arte de esculpir piedra.
Definitivamente estaba calificada para ser puesta en algún pedestal como una de las Diez Grandes Esculturas.
La cosa más importante era que, esa escultura era enorme, a la par con las esculturas separadas de muchas personas.
Justo como en el arte de la pintura, el valor de una escultura estaba relacionado en parte a su tamaño.
Tal enorme escultura habría requerido una gran cantidad de esfuerzo.
Esa escultura, la cual contenía cinco personas, que además contenían dentro un alma única, estaba en un nivel totalmente diferente.
Ver esa escultura era lo mismo que ver cinco hermosas mujeres.
En todo el continente Yulan, había unos cuantos escultores de nivel maestro.
Pero esa escultura hecha por Linley ya había sobrepasado el nivel de ‘maestros’; estaba calificada para ser clasificada entre los trabajos de los más venerados escultores Gran Maestro en la historia, tal como Proulx, Hope Jensen, y Hoover.
Esos a quienes se les otorgaba el título de maestro eran capaces de producir esculturas de excesivamente alta calidad, con su propia aura distintiva y la habilidad para mover el alma de los espectadores.
Pero sus trabajos, cuando se comparaban a los trabajos de Proulx, Hope Jensen, y los otros escultores que habían recibido el título de ‘Gran Maestro’, aún eran ligeramente inferiores.
A pesar de que la distancia era muy pequeña, eso aún determinaba una diferencia en estatus.
El esculpir roca tenía una historia de cientos de miles de años, y durante ese periodo de tiempo, la vasta mayoría de las esculturas habían sido destruidas por el pasar del tiempo.
Solo unas cuantas estatuas especiales hechas de materiales especiales podían sobrevivir y ser pasadas a la generación presente.
Así que, de los auto-llamados Diez Grandes Maestros, nueve de ellos vivieron dentro de los pasados cien mil años.
Incluso desde que el Imperio Yulan unificó el continente Yulan, solo habían dos escultores que podían ser puestos en el mismo nivel que esos antiguos grandes maestros: Proulx y Hope Jensen.
Hoover era un Gran Maestro de hace más de cien mil años, y su escultura más famosa, el León Melenudo de Ojos Sangrientos, había sobrevivido todos esos años debido a las propiedades únicas del material en que fue hecha, asegurando así la fama de Hoover mientras durase.
En los pasados diez mil años, solo hubieron dos escultores Gran Maestro.
En ese momento, por supuesto, Proulx era en realidad el más formidable escultor en toda la historia, y tres de las Diez Obras Maestras pertenecían a él.
No solo los Diez Grandes Maestros habían producido esculturas las cuales se numeraban entre las Diez Obras Maestras.
Por supuesto, eso solo era el juicio de las últimas generaciones.
En términos de la habilidad para esculpir, todos los Diez Grandes Maestros tenían la misma.
Un nuevo Gran Maestro había nacido… ¡Y era un joven de 17 años!
¡Qué asombroso evento! Y esa era la razón de por qué el director administrativo de la Galería Proulx se había apresurado a llegar aquí, todo el camino desde la Galería Proulx localizada en la Alianza Oscura.
—No hay prisa.
Vamos a una habitación privada en un hotel y tengamos una buena y tranquila charla.
El Director Maia no estaba apurado.
¿Un Gran Maestro escultor?
¡Qué broma!
A pesar de que los ojos de Austoni eran perspicaces, si era o no una escultura capaz de ser heredada a las siguientes generaciones requería un juicio extremadamente formidable.
La diferencia de un maestro escultor y el de un Gran Maestro recaía en su aura y alma únicas.
Si era o no un trabajo de arte calificado para ser considerado una pieza de arte al nivel Gran Maestro era un extremadamente profundo campo de estudio.
………
Dentro de una habitación de lujo en un hotel.
En frente de los cuatro, había una tetera de té.
Riendo, el Director Maia dijo: —Este niño, Austoni, al ver la escultura de Linley, insistió en que estaba a la par con las Diez Obras Maestras.
Jaja, ¿no es lo mismo que decir que ahora tenemos un Gran Maestro de diecisiete años?
‘Gran Maestro’ era un título que representaba cierto estatus, representando que alguien estaba en el pico de esa forma de arte.
Pero en una conversación casual, muchas personas se dirigían a alguien como ‘maestro’, por ejemplo, ‘Maestro Proulx’.
—¿Gran Maestro Escultor? —Yale estaba un poco asombrado—.
No sé si la escultura de Linley califica o no.
Después de todo, mi experiencia es limitada.
Pero estoy absolutamente seguro de que esa escultura de Linley es, al menos, comparable a las esculturas que usted muestra en su salón de maestros.
—¿Oh? —Director Maia rio—.
Bien hablado.
Después de toda esta cháchara, supongo que es mejor ir dar un vistazo.
No sé dónde está esa escultura.
¿Puedo darle una mirada?
—Por supuesto.
Yale sonrió.
—Pequeño Yale, incluso si esa escultura no está al nivel de las Diez Obras Maestras, apuesto a que no está demasiado lejos.
Tienes que protegerla y asegurarte de que no la roben —le recordó el Director Maia.
Yale dijo con confianza: —Tío Maia, por favor, no se preocupe.
Ya he asegurado la escultura en la habitación secreta bajo tierra dentro del Hotel Huadeli, y tengo a unos expertos del Conglomerado Dawson protegiéndola.
Lo que es más, solo hay unas pocas personas que incluso saben de la existencia de esa estatua para comenzar.
—¿La has movido al hotel?
Austoni estaba un poco sorprendido.
La última vez que la vio, estaba en su dormitorio.
Yale frunció sus labios.
—Confío en mis hermanos, pero no confío en ti.
Austoni solo pudo soltar unas pocas carcajadas raras.
—Tío Maia, vamos.
Lo llevaré hasta ahí —dijo Yale cálidamente.
El Hotel Huadeli era en realidad una propiedad bajo la bandera del Conglomerado Dawson.
Esa era la razón por la qué el administrador del Hotel Huadeli conocía el estatus de Yale.
Dentro de un gran salón en el Hotel Huadeli, habían muchos asientos, así como también tres expertos que habían estado montando guardia cada día.
—Joven maestro Yale.
Los tres guerreros de séptimo rango se inclinaron respetuosamente.
Yale asintió y sonrió ligeramente.
—Tío Maia, por favor obsérvela y sienta la alegría de su corazón.
Conforme hablaba, Yale dio un duro tirón a la pesada tela que cubría la escultura, revelando el enorme trabajo de arte.
Esas cinco hermosas mujeres eran incomparablemente inmaculadas.
Una imagen era de un tierno amor, otra de una adorable inocencia, una tercera sonrojada y tímida, la cuarta apasionada e inspiradora, y la última… mostrando una completa falta de sentimientos.
Todas ellas parecían tan reales como una persona.
Viendo esas cinco formas humanas dentro de la escultura, la boca del director Maia estaba abierta y él la miró, aturdido, por un largo tiempo.
Después de un largo tiempo…
—Increíble, increíble —solo en ese momento el Director Maia despertó de su estupor—.
Esa escultura está al menos en el nivel maestro.
Una escultura la cual conecta cinco formas humanas diferentes, ¿Cómo hizo que fuese totalmente natural? ¿Cuánto esfuerzo costó todo esto? En términos de solo tallado, al menos debe haber pasado un año trabajando en ella.
El Director Maia sabía muy bien cuanto esfuerzo tomaba esculpir.
Tomaba demasiado esfuerzo, muchas veces, en el medio de tallar una escultura, un maestro escultor podría vomitar sangre de repente y desmayarse debido al esfuerzo excesivo.
En la historia, hubo muchas personas que morían en mitad de su esculpido.
Las esculturas como esa eran formadas de sangre y esfuerzo.
—Para que un joven de diecisiete años fuese capaz de producir esta escultura es simplemente… Simplemente…
El Director Maia estaba en una pérdida de palabras.
Él emocionadamente se acercó a la escultura para una examinación más cercana.
—Si es una escultura a la par con las Diez Obras Maestras requerirá una inspección más profunda desde múltiples ángulos.
Conforme hablaba, el Director Maia se pegó a un lado de la escultura, comenzando a inspeccionar cuidadosamente cada línea del tallado.
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