Capítulo 626 - Estupendos Tesoros
—¡Tercer hermano, cálmate! —gritó Reynolds de inmediato.
—¡Padre!
Sasha y Taylor también gritaron en terror.
Ellos tenían miedo de que, después de que se enterase de ese asunto, fuese incapaz de contener su ira y fuese a atacar a Odín.
Wharton, Reynolds y los demás sabían lo que significaba ser un experto Dios Altivo en la etapa pico.
Esa era la razón por la cual a pesar de que Yale tenía el corazón roto y estaba lleno de furia, antes de su muerte, ¡había instruido que Linley y Reynolds no debían vengarlo!
No era que él, Yale, no quisiese venganza.
¡Era que tenía miedo de que elos también muriesen debido a él!
—Jefe, vayamos a matarlo.
Bebe inmediatamente cargó hacia afuera.
Linley de repente extendió su mano derecha, cogiendo a Bebe.
Al mirarlo, Linley dijo: —¡Bebe, no seas impetuoso!
—Cierto.
No seas precipitado —dijo Wharton frenéticamente—.
Bebe, tú y mi hermano necesitan calmarse primero.
Si la venganza fuese posible, la hubiéramos tomado hace mucho tiempo.
Pero si no podemos hacerlo, el resultado final será que nuestras vidas también se perderan.
No vale la pena.
Tenemos que soportarlo.
¡Soportar!
—¡Soportar mi trasero! —rugió Bebe furiosamente—.
¿Y qué si él es un Demonio de Siete Estrellas? Siglos atrás, antes de que el jefe hiciese su gran avance, mató a cinco Demonios de Siete Estrellas por sí mismo, ¡y ni hablar de ahora! Olvida a los Demonios de Siete Estrellas...
¡Incluso si ese Odín fuese un Asura del Reino Infernal, el jefe y yo no le tememos!
Cuando Linley había pasado de ser un Dios a un Dios Altivo, su poder había aumentado en varios niveles.
¡Ahora no solo tenía un Arma Chispa Divina, también tenía Poder de Soberano para usar en caso de peligro! Y aparte del propio Linley, la habilidad divina innata de Bebe, ‘Come Dioses’, era una técnica monstruosamente poderosa.
Aunque Bebe no era fuerte en sus ataques normales, al ejecutar su habilidad suprema, ¡su poder era comparable al de Beirut!
Si Linley y Bebe uniesen fuerzas...
¿Cuántas personas podrían detenerlos?
—Qué...
¿Qué dijiste?
Wharton estaba aturdido.
—¿Antes de hacer un gran avance? ¿Mató a cinco Demonios de Siete Estrellas?
Reynolds y todos los demás estaban aturdidos.
Aunque no sabían mucho sobre lo que verdaderamente representaba un ‘Demonio de Siete Estrellas’, basados en la forma en la que Beirut lo había dicho, todos entendían que los Demonios de Siete Estrellas debería estar en la cima del poder entre los Dioses Altivos.
—No te preocupes.
Tengo confianza en poder matar a Odín —dijo Linley en voz baja—.
Si Bebe y yo somos incapaces de matar a Odín...
Lord Beirut probablemente me habría advertido sobre él cuando estábamos en el Reino Infernal.
Beirut sabía exactamente lo que había sucedido aquí en continente Yulan.
Pero no había dicho nada al respecto.
Linley no culpó a Beirut porque Odín hubiese torturado a Yale.
Después de todo, no podría tener su sentido divino extendido a cada momento de cada día, prestando atención a todo.
¡Tampoco lo culpó por no haber matado a Odín en venganza!
—La razón por la que no mató a Odín fue para dejarme hacerlo yo mismo.
Una mirada asesina apareció en los ojos de Linley.
—Tercer hermano, ¿tienes confianza en poder matarlo?
Reynolds miró hacia Linley con incredulidad.
—Hermano mayor.
Wharton también quedó atónito, y lo miró en asombrada alegría.
—Totalmente seguro —la voz de Linley era como el hielo.
Luego se giró para mirar a Bebe—.
Bebe, ese Odín es apodado el ‘Rey Vil’.
Atormentó al jefe Yale hasta el punto de la locura, hasta el punto de que la vida era peor que la muerte.
¿Cómo puedo permitir que ese Odín muera tan fácilmente?
Solo cuando una persona todavía estaba viva sentiría terror y desesperación.
Una vez que una persona moría, esa persona ya no sentía nada.
Pero, ¿cómo podría un poco de miedo ser suficiente para hacer que las ardientes ascuas de rabia en el corazón de Linley se calmen? ¿Cómo podría permitirle al alma atormentada de Yale estar en paz?
—¡Tercer hermano! —dijo Reynolds de repente en voz alta.
Linley se giró para mirar.
El rostro de Reynolds estaba cubierto de lágrimas, y en sus ojos había una mezcla extremadamente complicada de ira y deleite.
—¡Tercer hermano, debes vengar al jefe y a segundo hermano! ¡Debes! ¡Deja que sus almas injustamente tratadas, en el Inframundo, encuentren la paz!
Reynolds había querido vengarse por todos esos años, pero no tenía la habilidad para hacerlo.
¡Él no estaba dispuesto a aceptarlo!
¡Pero todo lo que podía hacer era odiarse a sí mismo por su incapacidad!
¿Qué podría hacer? Con el poco poder que poseía...
probablemente moriría antes de llegar a Odín.
—¡Obtén venganza!
Reynolds lo miró, poniendo sus esperanzas en sus hombros.
—No te preocupes —de repente, se giró para mirar a Wharton—.
Wharton, inmediatamente ve a hacer algunos arreglos.
Haz que se envíen aquí todos nuestros informes de inteligencia sobre Odín, incluidos los relativos a sus subordinados.
Has que todo sea enviado.
—Está bien.
Wharton se apresuró a hacer los arreglos.
Girando la cabeza, miró a la cercana Delia, cuyo rostro también estaba cubierto de lágrimas.
En voz baja, dijo: —Delia, no te preocupes.
Ese Odín definitivamente morirá, y su muerte será agonizante.
¡Lo juro!
El Imperio Baruch había sido fundado hace casi dos mil años, por lo que sus agentes de inteligencia ahora se extendían por todo el continente Yulan.
Incluso sabían lo que sucedía dentro del palacio imperial del Imperio Odín.
En el pasado, el Imperio Baruch había estado recopilando constantemente informes de inteligencia sobre el Imperio Odín.
Ahora que Linley había dado la orden...
Los muchos informes de inteligencia se organizaron, cotejaron y luego se entregaron a la mesa de Linley.
En solo una noche, Linley hizo sus preparativos para su venganza.
Imperio Odín.
La ciudad capital de la provincia de Ides.
Una mansión lujosa.
Dentro de un jardín de flores, un joven noble, vestido con lujosas túnicas, descansaba en un sofá reclinable.
Aunque era un ‘sofá’, en realidad, era más como una cama.
Una hermosa sirvienta también estaba acurrucada en la cama, con la ropa medio removida, revelando su piel blanca similar a la nieve.
En cuanto al joven noble, su cabeza descansaba en el pecho de la sirvienta.
—Tan lento.
El joven noble resopló en descontento.
Justo en ese momento, una hermosa joven tras otra entró en el jardín de flores, junto con un hombre de mediana edad que parecía un mayordomo, el cual ladró: —Dense prisa.
Por ahí.
Cinco de ustedes en cada línea.
Pónganse de pie rectas.
Veinticinco jóvenes atractivas y esbeltas.
Esas veinticinco mujeres jóvenes estaban de pie en fila, bastante nerviosas.
—Su Alteza, todas están presentes.
El mayordomo se acercó humildemente y dijo con voz respetuosa.
—Bien —respondió, pero su mirada estaba fija en las veinticinco mujeres.
Una pequeña sonrisa traviesa apareció en su rostro: —De hecho, son bastante jóvenes, a diferencia de las viejas sirvientas de la Prisión Planar que no tenían ningún aire femenino —con un gesto de su mano, un dardo volador apareció a medida que reía en voz alta—: Mis bellas damas, voy a jugar un juego con ustedes hoy.
Voy a lanzar ciegamente este dardo y a quien sea que golpee, esa persona se quitará una prenda de vestir.
¿Entendido?
Los cuerpos de las veinticinco mujeres temblaron, pero ninguna de ellas se atrevió a resistirse.
—El dardo no las matará.
El joven noble rio suavemente.
Él dio un lanzamiento...
*¡Swoosh! *
El dardo voló como un rayo, golpeando al grupo de veinticinco mujeres jóvenes.
Pero en un abrir y cerrar de ojos, luego regresó a la mano de ese joven noble.
—Ah.
Un grito débil y sorprendido.
Un rastro de sangre apareció en el pecho de una de las jóvenes.
—Qué sangre fresca —el joven noble extendió su lengua, lamiendo la sangre fresca del dardo volador, luego rio suavemente y dijo—: Sesvístete.
Él tenía confianza en sus habilidades.
Los dardos apenas abrirían la piel de estas mujeres.
Aunque doliese, a lo mucho habría un rastro de sangre.
Nadie moriría.
El cuerpo de la joven estaba temblando, pero ella todavía se quitó una prenda de vestir.
—Continuemos.
El joven noble arrojó el dardo volador una vez más.
Ese ‘juego’ continuó sin detenerse.
En solo unos momentos, todas y cada una de las veinticinco mujeres se habían desnudado, todas de pie ahí, desnudas, en medio del jardín de flores.
El mayordomo se había ido calladamente hace mucho tiempo.
Él sabía que...
Su Alteza Imperial odiaba que otros hombres mirasen sus juguetes femeninos.
Su Alteza Imperial podría jugar con ellas, pero si otros lo viesen...
morirían.
Las veinticinco mujeres estaban de pie ahí, desnudas y temblando, delgadas líneas de sangre fluían de sus cuerpos.
Lo extraño era que las líneas sangrientas en realidad formaron palabras.
—Puta.
—Amor.
—Zorra.
Palabras sangrientas estaban sobre los cuerpos de cada mujer.
Esa escena extraña hizo que las mujeres estuviesen aún más asustadas e incapaces de resistirse.
—¡Oh! —al ver eso, el joven noble de repente se excitó tanto que todo su cuerpo comenzó a temblar—.
Qué maravilloso.
Esto es absolutamente una obra de arte.
Muy bien, ‘puta’, ven aquí.
Sí, tú, la que tiene el carácter de ‘puta’ en su cuerpo.
El joven noble jugaba con el dardo, el cual danzaba en el aire como si estuviera vivo.
La mujer desnuda, aterrorizada, caminó un paso a la vez.
Justo en este momento...
*¡Whoosh!*
De repente, un viento salvaje se movió, y la ropa en el suelo de repente voló hacia arriba, envolviendo a esas veinticinco mujeres.
Al mismo tiempo, las veinticinco mujeres, junto con la sirvienta al lado del noble joven, entraron en un estado de ensueño y fueron mareadas, perdiendo toda conciencia.
—¿Eh?
El joven noble se giró para mirar, su mirada se volvió afilada como una daga.
Un hombre de cabello castaño había aparecido de repente, vestido con un traje blanco y con cintas blancas envueltas en su cabello.
Él estaba caminando hacia adelante, paso a paso.
—¿Quién eres?
El rostro del joven noble cambió.
—Odín es tu padre, ¿no? —dijo con calma.
—Si sabes eso, ¿cómo te atreves a ser tan arrogante? —dijo el joven noble, pero su cuerpo ya se estaba moviendo.
*Rumble...*
Una extraña ondulación espiritual se extendió.
Los ojos del joven noble instantáneamente se volvieron apagados y sin vida a medida que entraba en un estado aturdido.
Esa era la técnica suprema de apoyo, el componente ‘Caos Espiritual’ del Espacio Piedra Negra de Linley.
Cuando Linley había sido un Dios, ya era capaz de hacer que los Dioses Altivos comunes entrasen en un estado de estupor.
¿Y ahora?
—¿Un niño que confió en fusionarse con una chispa divina para convertirse en un Dios Altivo piensa que puede huir de mí?
Linley lo miró con calma.
Extendió su mano.
Con un sonido de ‘slash’, introdujo su mano en el cráneo del joven, y una oleada de poder divino de tierra instantáneamente redujo el contenido del cráneo del joven a masa de carne.
—Tiempo para el siguiente —recogió el cadáver del joven noble.
Con un parpadeo, su cuerpo desapareció.
No mucho después de que Linley se fuese, las mujeres recuperaron la conciencia, pero estaban completamente perdidas y desconcertadas.
Esa sirvienta no estaba demasiado preocupada; sabía que su Alteza Imperial era un Dios Altivo, y que en todo el continente Yulan, no había muchos que pudiesen amenazarlo.
Ella pensó que su Alteza Imperial había ido a encargarse repentinamente de algún asunto.
El Imperio Odín.
La capital imperial.
Esa era una ciudad que había sido reconstruida sobre las ruinas de la antigua capital imperial del Imperio Yulan.
El palacio imperial era particularmente majestuoso y fuertemente custodiado.
Hoy, la capital imperial del Imperio Odín estaba particularmente bulliciosa...
debido a que una delegación de Enviados del Imperio Baruch había ido a presentar sus respetos a su Majestad Imperial, Odín.
Desde la fundación del Imperio Odín hace mil años, la relación entre los dos imperios había sido extremadamente tensa.
Pero ahora, Enviados habían llegado a presentar sus respetos al emperador Odín.
Esa era una ocasión bastante rara.
El imperio Odín.
El palacio imperial.
El salón principal.
Los principales ministros del imperio estaban de pie debajo del trono, con sonrisas en sus rostros.
Como lo veían, que el Imperio Baruch enviase gente era una muestra de sumisión.
Eso les dio la sensación de haber dominado al Imperio Baruch.
—Su Majestad Imperial, los Enviados ya están fuera del palacio —dijo el asistente del palacio respetuosamente.
—Jaja...
Déjalos entrar.
Odín, sentado en el trono, rio ruidosamente mientras hablaba.
Él era alguien a quien le importaba profundamente la cara, a quien le importaba mucho la perfección.
Le gustaba estar por encima de todos los demás, le gustaba hacer que muchos lo admiraran.
Le gustaba la sensación de controlar el destino de alguien en sus manos...
y le encantaba jugar con la gente.
Poder controlar la alegría, la ira y el dolor de los demás...
eso era algo que lo hacía muy encantado y muy feliz.
—Todopoderoso Emperador Odín, estamos representando al Emperador del Imperio Baruch y transmitiéndole sus más sinceros saludos —el líder de los Enviados del Imperio Baruch se inclinó levemente, luego continuó—: En esta visita, ¡nuestro Imperio Baruch ha preparado dos estupendos tesoros para ofrecérselos a usted, Emperador Odín!
Un rastro de sonrisa apareció en el rostro de Odín.
—Tráemelos para que los mire.
Inmediatamente… los Enviados llevaron dos cofres grandes desde afuera del salón principal, dejándolos descansar pesadamente contra el piso del palacio.
—Ábrelos.
Rio con calma.
—Emperador Odín, por favor eche un vistazo.
El Enviado abrió uno de los cofres grandes, y mientras lo hacía, se escucharon gritos de asombro en todo el salón principal.
En cuanto al Emperador Odín, sentado en su trono, cuando vio el ‘tesoro’ dentro del cofre, su rostro cambió inmediatamente.
—¡Niemoller! ¡No!
Niemoller era el único hermano de Odín.
—Eso...
Eso...
Los ministros en el salón estaban asombrados, sin saber qué decir.
El Enviado solo rio fríamente mientras abría el otro cofre.
*¡Clang!*
La tapa del cofre se balanceó, luego se estrelló contra el suelo.
Odín sintió que su corazón se apretaba violentamente, y miró fijamente al cadáver dentro del cofre.
—¡Hijo! ¡Mi hijo!
No podía creerlo.
Él negó con la cabeza varias veces.
La vida en la Prisión Planar de Gebados era extremadamente peligrosa.
Cuando Odín entró, también era débil.
Aunque era salvaje, aunque le gustaba jugar con otros, y aunque le gustaba matar...
no deseaba que sus seres queridos muriesen.
A lo largo de todos esos años que pasó en la Prisión Planar, ¡siempre había protegido a su hijo y a su hermano!
Esta vez, habían pasado por esa peligrosa debilidad en los muros espaciales y habían regresado al continente Yulan.
Pasar a través de una debilidad en los muros espaciales era algo que tenía que ver con la cantidad de energía que uno poseía.
La fuerza de las uniones espaciales era variable, y cuanta más energía se tenía, más fuertes eran las uniones espaciales y más difícil era romperlas.
Las vinculaciones espaciales no tenían mucho que ver con la comprensión de ningún profundo misterio; después de todo, las revelaciones eran ilusorias e inmateriales.
La fuerza de las vinculaciones frente a los Dioses Altivos y Demonios de Siete Estrellas eran iguales cuando intentaban pasar por una debilidad espacial.
Él solo había llevado consigo a dos Dioses Altivos.
Uno era su hijo.
El otro era su hermano.
Él había arriesgado su vida para llevarse a los dos con él y habían logrado huir de la prisión.
En cuanto a sus otros subordinados que había sacado, solo eran Dioses y Semidioses.
Para él, estar dispuesto a arriesgar su propia vida para llevar a esos dos con él, hacía obvio lo mucho que se preocupaba por ellos.
Pero hoy…
¡Su hermano y su hijo habían muerto!
Sus cadáveres estaban justo frente a él.
Había sido muy cuidadoso en la Prisión Planar, pero en el continente Yulan, aparte de sus propias fuerzas, el único Dios Altivo presente era Beirut.
No había otros Dioses Altivos.
Él no creía que su hermano y su hijo estuviesen en peligro.
Pero hoy...
sus cadáveres estaban en cofres frente a él.
—No...
No...
—gritó Odín con rabia.
—¡Captúrenlo!
Miró con crueldad al Enviado.
Inmediatamente, muchos soldados entraron por cientos, rodeando a los Enviados.
Con un parpadeo, el cuerpo de Odín apareció junto a los dos cofres.
Miró el cadáver en el cofre derecho, luego al cadáver en el cofre del lado izquierdo, su rostro era similar al hierro.
—¡Niemoller! ¡Chester! Ustedes...
¿Cómo pudieron...?
Todo su cuerpo temblaba, y no se veía ni un rastro de sangre en su rostro.
—Mi hermano.
¡Mi hijo! No se preocupen.
Definitivamente los vengaré.
¡¡¡Definitivamente!!! Haré que se arrepientan.
¡¡¡Haré que sus vidas sean peores que la muerte!!!
Odín giró de repente, mirando al Enviado.
—Dime quién los mató —gritó Odín.
Él sabía muy bien que solo un Dios Altivo podría haber matado a su hijo y su hermano.
—¡Hmph!
El Enviado solo dejó escapar un resoplido frío.
—¡Yo!
Una voz helada resonó en el salón principal.
Al instante, todos en el salón principal, incluido Odín, se giraron para mirar.
Una figura apareció de repente fuera del salón principal.
Esa persona estaba caminando en el pasillo, paso a paso, los soldados a su lado eran completamente incapaces de bloquearlo.
Llevaba cintas blancas de luto en el cabello y vestía ropas blancas ceremoniales.
Al ver eso, los ministros en el pasillo quedaron aturdidos...
claramente se trataba de un traje de luto ceremonial destinado a expresar luto para familiares fallecidos.
Odín lo miró fijamente, sus ojos escupían fuego.
—¿Quién eres? —gruñó Odín.
—Si tienes una memoria decente, deberías recordar que una vez mataste a dos personas.
¡Uno era mi segundo hermano, mientras que el otro era mi hermano mayor! —dijo Linley en voz baja.
Él no había aparecido durante casi dos mil años.
Nadie lo reconocía hoy.
Odín frunció el ceño, completamente incapaz de decir quién era esa persona.
—Parece que realmente has matado a unas cuantas personas.
Linley lo miró con frialdad.
—Escuchen.
Yo...
¡Soy Linley Baruch!
Los ministros en el gran salón estaban asombrados.
Ellos miraron a Linley con incredulidad.
Ese joven vestido con túnicas ceremoniales de luto en realidad era el emperador fundador del Imperio Baruch, una figura de leyendas en la historia del Imperio Yulan...
¡Linley!
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