Capítulo 608 - Ningún Lugar Para Correr
La repentina partida de Beirut hizo que la atmósfera en el banquete se tornase bastante incómoda.
Ese banquete de celebración terminó muy temprano.
Gislason y los otros líderes del clan se despidieron de Phusro, Bebe y Linley, y luego el grupo de Linley también se fue.
La mayoría de los Dignatarios ya se habían ido, mientras que Forhan seguía allí en la sala principal.
—Forhan.
Una voz fría y feroz.
Levantó su cabeza.
La Gran Dignataria caminaba hacia él, y ella lo miraba con una mirada clara.
A través de sentido divino, preguntó: —Te pregunto, ¿esos ocho Dignatarios enemigos atacaron a Linley por tu culpa?
—¡No! —no dudó en absoluto—.
¡Madre, definitivamente no soy un traidor! ¡Madre, debes creerme!
La Gran Dignataria lo miró fijamente, pero como Forhan había decidido actuar, ¿cómo podía dejar que ella viese que algo andaba mal?
La Gran Dignataria pareció relajarse un poco.
En una voz ligeramente más gentil, ella dijo: —Bien.
Te creo.
Mientras no seas el traidor, el clan no permitirá que alguna persona ajena a nosotros te mate.
Después de hablar, la Gran Dignataria también se fue.
Dentro de esa fría y sombría sala subterránea.
Forhan estaba allí solo.
—A juzgar por las palabras de Beirut, parece como que realmente está seguro de que yo soy el traidor.
¿Puede ser que un Soberano realmente estuviese observando? Pero aunque los Soberanos son altos y poderosos, tienen sus propias personalidades y características humanas.
A menudo también deambulan por ahí.
Quizás uno realmente lo descubrió.
Forhan estaba meditando sin detenerse.
—Hmph.
A quién le importa si un Soberano se entera o no.
¿Cómo podría un Soberano intervenir personalmente en un asunto menor como ese? —tomó una decisión—.
Mientras afirme con confianza que no soy un traidor, ¡eso significa que no lo soy!
Solo tenía que hacer una cosa; ¡Negarlo, sin importa qué!
Dentro de ese barranco en las Montañas Rito del Cielo.
Beirut no se había ido a vivir al lugar que el clan de las Cuatro Bestias Divinas había dispuesto, prefiriendo vivir en el barranco, con Linley y Bebe como vecinos.
Dentro de la sala de estar de Linley.
Linley, Bebe, Phusro y Beirut estaban presentes y sentados, mientras que Delia estaba afuera con Wade.
—Abuelo, ya que tú y el Soberano ya saben todo y saben que Forhan es el traidor, solo ve y mátalo —resopló—.
Nunca me ha gustado ese Forhan.
Linley rio: —Bebe, en lo profundo de los corazones y las mentes de los líderes de los clanes del clan de las Cuatro Bestias Divinas hay un cierto orgullo.
Si Forhan es asesinado sin ninguna evidencia de su culpabilidad, aunque los líderes del clan y los Dignatarios no puedan estar en desacuerdo inmediato con Beirut por ello, lo recordarán y albergarán odio en sus corazones.
—Correcto —Beirut asintió y rio—.
No te dejes engañar por lo respetuosos que esos cuatro líderes de clan actúan hacia mí.
Después de todo, son hijos e hijas de cuatro Soberanos.
En sus corazones, todavía son bastante orgullosos.
No puedo ir muy lejos.
Linley se sintió bastante agradecido con Beirut.
En realidad, ¿por qué le importaría a Beirut si el clan de las Cuatro Bestias Divinas lo odiaba o no? La razón por la cual estaba actuando de esa manera era debido a que estaba preocupado de que Linley fuese excluido después, y que su vida en el clan se volviese miserable.
—Lord Beirut, usted dijo que, en unos meses, lo expondrá de una forma en la que no tendrá nada más que decir por sí mismo.
¿Cuál es el plan? —preguntó Linley de inmediato.
—Cierto, abuelo, ¿cuál es tu plan?
—Jaja...
Beirut rio.
Phusro también rio.
—Bebe, ¿has olvidado que hace un año conociste a tu abuela en Ciudad Meer? ¿Qué adquiriste en esa visita?
—El fragmento de alma.
¿Qué pasa? —dijo Bebe, desconcertado.
Beirut rio: —Ese fragmento de alma fue entregado por un viejo amigo mío.
Le pedí a tu abuela que te lo diese debido a que yo estaba ocupado acompañando a mi amigo, así que no tuve tiempo de ir a busarte.
—Ese Forhan es un descendiente del clan Dragón Azur.
Con esa habilidad innata protegiéndolo, no puedo hipnotizarlo a la fuerza.
Sin embargo, ese viejo amigo mío puede.
Beirut estaba completamente seguro.
¿Un experto supremo capaz de hacer fragmentos de alma?
—Si esa persona está dispuesta a ayudar —se regocijó en su corazón—.
¡No hay forma de que Forhan pueda escapar!
—Esta vez, por el bien de Delia, tuve que apresurarme hasta aquí.
Me preocupaba que mi viejo amigo se hubiese ido, pero justo ahora, logré llegar a él.
Ese amigo mío todavía está en la Prefectura Índigo.
Llegará aquí dentro de unos meses.
Beirut rio con calma.
—Abuelo, ¿estás seguro de eso? —dijo Bebe, bastante preocupado—.
Forhan tiene la protección de su habilidad innata.
—¡Absolutamente seguro! —contestó.
Al escuchar eso, Linley se sintió jubiloso, pero al mismo tiempo, suspiró para sí mismo: —Los amigos que un experto supremo como Lord Beirut hace...
también son expertos supremos.
Incluso alguien como Forhan, protegido por su habilidad innata, todavía será hipnotizado.
¿Qué nivel de logro tan asombroso uno tiene que tener para ser tan hábil con respecto al alma?
Ellos esperaron sin prisas, pero a medida que pasaban los días, la noticia de que el Lord Prefecto había acusado a Forhan de ser un traidor se extendió rápidamente por todas las Montañas Rito del Cielo.
Bastantes miembros del clan estaban furiosos en secreto, sintiendo que el Lord Prefecto abusaba de su poder.
En un abrir y cerrar de ojos, pasaron varios meses.
En ese día, Linley y Delia estaban jugando con el pequeño Wade frente a su casa.
Wade ya podía caminar tambaleándose.
Mientras apoyaba a su hijo, Delia repentinamente levantó su cabeza.
—Linley, las noticias sobre ese asunto de la última vez se han extendido bastante.
Incluso la gente de nuestro valle lo sabe.
Justo ahora, cuando iba a llevar a Wade a dar un paseo, escuché a los miembros del clan de las otras ramas de nuestro valle decir que el Lord Prefecto de la Prefectura Índigo estaba mancillando al Dignatario Forhan.
Pero, por supuesto, hubo otros que dijeron que la razón por la que Forhan se negó a aceptar el hipnotismo se debió al miedo nacido de la culpa...
aun así, la mayoría parece apoyar a Forhan.
—No te preocupes por eso.
Cuando venga ese experto, todo quedará en claro —dijo, luego se medio arrodilló—.
Wade, puedes hacerlo.
Da algunos pasos más.
Ven hacia tu padre.
—Uh...
Uh...
Wade sonrió, su boca con hoyuelos se curvó hacia arriba mientras se tambaleaba hacia delante con pequeños pasos.
Él finalmente llegó a los brazos de Linley.
—Padre —dijo Wade dulcemente.
—Ven, dame un beso —dijo Linley con mucho afecto.
Mientras sostenía a su hijo, miró de reojo a Delia.
Hace solo unos meses, él se había perdido en medio de su desesperación.
Pero ahora, todo había cambiado.
Todo por Beirut.
—Nunca olvidaré la bondad que me ha demostrado.
Justo cuándo la pequeña familia de tres personas de Linley estaba en medio de su alegría...
—¡Beirut!
Una voz clara hizo eco en el aire sobre las Montañas Rito del Cielo.
—¿Eh?
Linley y Delia levantaron sus cabezas, sorprendidos.
Beirut, Phusro y Bebe volaron fuera inmediatamente, y Beirut se dirigió hacia Linley: —Linley, ese buen amigo mío está aquí.
Vamos.
Es hora de que se revele el verdadero rostro de Forhan.
Linley y Delia, llevando a su hijo, los siguieron fuera del gran barranco.
En el aire sobre las Montañas Rito del Cielo.
Una única y solitaria figura flotaba en el aire, con todo su cuerpo cubierto con una túnica negra azulada.
Su ondulado cabello negro azulado estaba desatado, y sus gruesas cejas negras tenían forma de dos espadas.
Solo se quedó ahí de pie, flotando en el aire sobre las Montañas Rito del Cielo.
Ni uno solo de los guerreros de patrulla se atrevió a acercarse a él.
Gislason, liderando a varios Dignatarios, se apresuró hacia ahí.
—Patriarca, ese extraño sujeto voló hasta allí, gritó ‘Beirut’, y luego se quedó allí sin moverse.
Queríamos ahuyentarlo...
pero todos nuestros hermanos que se le acercaron perdieron la conciencia y cayeron al suelo.
Solo después de aterrizar recuperaron el conocimiento.
El capitán de los guerreros de patrulla informó apresuradamente.
Gislason, al oír eso, no pudo evitar fruncir el ceño.
Voló hasta allí de inmediato y dijo sonoramente: —Soy el Patriarca Gislason del clan Dragón Azur.
¿Puedo preguntar quién eres?
Solo en ese momento ese tipo extraño abrió los ojos, mirando hacia un lado cuando Gislason se acercó.
Gislason no pudo evitar sentir su corazón temblar.
De hecho, tenía la sensación de que dentro de los ojos del extraño hombre había un par de serpientes ilusorias.
—¿Gislason? —dijo el hombre extraño con calma—.
Estoy esperando a Beirut.
Gislason frunció el ceño.
Aunque la persona frente a él era muy poderosa, no le tenía miedo...
‘La defensa de alma’ era su punto fuerte.
Después de todo, tenía un artefacto Soberano protector del alma perfecto e intacto.
—Entonces, por favor, ven a mi lugar a descansar mientras esperamos al Lord Prefecto.
Gislason rio.
—No es necesario.
—Jaja...
Dunnington, fuiste bastante lento —resonó una fuerte risa, y la figura de Beirut apareció en la distancia.
En solo un momento, él llegó.
En cuanto a Linley y Bebe, también volaron desde atrás.
—Beirut.
El extraño comenzó a reír, yendo inmediatamente a saludarlo.
Linley y Delia también volaron ahí.
Ellos no pudieron evitar mirar cuidadosamente a esa persona.
Pero cuando Linley lo miró...
sintió como si el cabello ondulado de esa extraña persona se hubiese transformado en innumerables serpientes pequeñas.
—¿Eh? —se sorprendió—.
Qué sensación tan extraña.
—Lord Prefecto, ¿este es Dunnington? ¿El legendario ‘Dunnington’ del Mar Caótico? —dijo Gislason incrédulo.
El Reino Infernal tenía bastantes figuras legendarias, de las que incluso Gislason solo había oído hablar, pero no las conocía.
En cuanto a ese Dunnington, en el Reino Infernal, él era una figura legendaria en el mismo nivel que Beirut, ¡o quizás incluso había superado a Beirut!
—Correcto —rio—.
Este amigo mío es el experto número uno del Mar Caótico, aparte del Soberano del Mar Caótico.
¡Dunnington!
El Reino Infernal estaba dividido en cinco continentes y dos mares.
El ‘Mar Caótico’ era la región más grande, con la mayoría de los expertos.
El nombre de Dunnington, durante incontables años, había repercutido en el Reino Infernal.
Dunnington era extremadamente fuerte en los Edictos de la Muerte.
Cada una de las Siete Leyes Elementales tenía sus propias especialidades y misterios, los cuales estaban todos divididos claramente y por lo tanto podían fusionarse claramente.
Pero los Cuatro Edictos eran diferentes.
Los Cuatro Edictos no tenían ‘profundos misterios’ específicos; en cuanto a si una persona había dominado lo suficiente para convertirse en un Dios o un Dios Altivo, las propias Leyes naturales juzgarían.
Nadie podía estar seguro de si Dunnington había alcanzado el nivel de ser un Paragon o no.
Pero… si uno fuese a discutir quién, en todo el Reino Infernal, tenía los logros más impresionantes con respecto al alma, la gran mayoría diría el nombre, ‘Dunnington’.
Una poderosa figura fenomenal y monstruosa.
Al describir el poder de Beirut, uno podría usar la frase ‘ascenso repentino a la prominencia’ al describir la manera en la que demostró su poder a través de una batalla llena de sangre.
Pero el poder de Dunnington...
había sido reconocido públicamente a través de incontables años a través de innumerables pruebas.
Mucha gente creía que Dunnington ya había alcanzado el máximo apogeo del poder en los Edictos de la Muerte y se había convertido en un Paragon.
Pero, por supuesto, el propio Dunnington no se lo diría a nadie...
y no había forma de que los demás estuviesen completamente seguros.
—Gislason, haz los arreglos para que Forhan sea encontrado y traído aquí.
Beirut rio.
Él ya podía adivinar lo que estaba pasando, pero aun así ordenó que trajesen a Forhan.
Beirut y Dunnington volaron juntos, uno al lado del otro, mientras que Gislason, Phusro, Linley, Bebe y Delia los seguían desde atrás.
—Phusro, ese Dunnington, la figura número uno del Mar Caótico aparte del Soberano...
¿Es muy fuerte? —preguntó Linley a través de sentido divino.
Él simplemente no había entrenado durante el tiempo suficiente; no sabía nada sobre algunas de las figuras legendarias del Reino Infernal.
—¿Muy fuerte? ¿Estás bromeando? —contestó—.
Ese Dunnington probablemente es un Dios Altivo Paragon.
Dime, ¿es fuerte?
Linley estaba muy sorprendido.
No pudo evitar mirar más de cerca a Dunnington.
Mientras volaba, el largo y ondulado cabello negro azulado ondeaba con el viento, pero al hacerlo, daba una impresión muy extraña, como si cada mechón de cabello se hubies convertido en una serpiente larga o en flechas de hielo...
Mientras lo miraba fijamente, sintió que su cabeza se mareaba.
—Qué aterrador.
Estaba secretamente sorprendido.
—Jefe, sigo teniendo la sensación de que la túnica que Dunnington lleva puesta en realidad es un extraño monstruo de las profundidades del mar.
Muy extraño —envió Bebe a través de sentido divino.
No fue solo Linley quien sintió cosas extrañas al mirar a Dunnington.
Dentro de la sala principal de la residencia del Patriarca Gislason.
Todos se sentaron.
Linley levantó la cabeza, mirando hacia el exterior.
La Gran Dignataria estaba entrando.
—Hermano mayor, ¿qué persona era la que había estado gritando en voz alta por el Lord Prefecto?
Gislason se puso de pie, presentando: —Pequeña hermana, este caballero es el Sr.
Dunnington del Mar Caótico.
La Gran Dignataria se sorprendió.
—Sr.
Dunnington —dijo la Gran Dignataria de manera amistosa.
Ellos se dirigían a Beirut como ‘Lord Prefecto’, debido a que se sentían agradecidos con él por su amabilidad.
En cuanto a los demás, incluso si fuesen tan poderosos como Beirut, a lo sumo se dirigirían como ‘Sr’.
Tan pronto como la Gran Dignataria se sentó, algunos pasos resonaron desde afuera.
—Jaja, finalmente llegaron.
Beirut rio.
—¿Cuál es? —preguntó Dunnington con calma.
—El que tiene el cabello amarillo —dijo Beirut.
Forhan y varios otros Dignatarios entraron juntos.
Cuando Forhan entró a la sala principal y vio a Beirut, la expresión en su rostro se volvió fea.
—¿Oh? —dijo Dunnington.
Muy repentinamente...
dos destellos ilusorios se dispararon desde los ojos de Dunnington, los cuales de repente rodearon y envolvieron a Forhan.
Él no pudo reaccionar en absoluto, y los ojos de Linley no pudieron evitar iluminarse.
Las acciones de Dunnington parecían simples, pero definitivamente hubo un forcejeo dentro de la mente de Forhan.
Los músculos faciales de Forhan se contrajeron ligeramente, pero luego se calmó.
—Todo listo —Dunnington rio, girando su mirada hacia Beirut—.
La habilidad innata de este clan Dragón Azur realmente es formidable.
Tuve que usar un poco de poder real.
Beirut rio en respuesta.
—Deja de presumir y ayúdame a interrogarlo.
—¿Qué están haciendo? —dijo frenéticamente la Gran Dignataria.
—Solo hipnotismo —Beirut, rio con calma—.
Pueden ver por sí mismos si es inocente o no.
Gislason le dio a la Gran Dignataria una mirada significativa.
Como el hipnotismo ya había sido usado, entonces bien podrían dejar que llegase a una conclusión.
—Hmph —la Gran Dignataria dejó escapar un bufido bajo, pero al final, aún se sentó—.
Quiero ver lo que tendrás que decir una vez que se demuestre que mi hijo no es un traidor.
—Esa es la responsabilidad de Beirut, no la mía.
Una sonrisa apareció en el rostro de Dunnington.
—Forhan, dime, ¿fuiste tú quien filtró información sobre el paradero de Linley a los ocho grandes clanes, lo que resultó en que los ocho Dignatarios lo atacasen? —dijo Dunnington con calma.
Inmediatamente, todos en la sala, incluidos Gislason, la Gran Dignataria, los otros Dignatarios y Linley miraron con nerviosismo a Forhan.
Linley miró al aturdido Forhan.
—Si no es él, esto será muy incómodo.
Una mirada tranquila yacía en el rostro de Forhan, sus ojos no tenían vida.
Él dijo mecánicamente: —¡Sí!
La voz hizo eco en el pasillo.
Al instante, todos se callaron.
La Gran Dignataria vestía su habitual máscara de plata y no había forma de ver la expresión de su rostro...
pero se podía ver incredulidad llenando sus ojos.
—¿Han oído eso?
Beirut rio mientras miraba hacia la Gran Dignataria y Gislason.
—¿Cómo es eso posible?
Los Dignatarios en la sala quedaron atónitos.
—Pregúntale...
¡Pregúntale por qué!
Todo el cuerpo de la Gran Dignataria temblaba.
Ella no quería creerlo.
Ella realmente no lo entendía...
¿Por qué su hijo había tomado esa decisión? Cuando una persona estaba hipnotizada, no podían decir ninguna mentira.
Esa era una regla de hierro.
Dunnington continuó: —¿Por qué filtraste la información y querías matar a Linley?
—¡Se merece morir! —dijo mecánicamente—: Es un descendiente menor del clan.
¡¿Con qué derecho tiene el anillo Dragón Azur, el artefacto Soberano de nuestro ancestro?!
—¿Artefacto Soberano?
Dunnington no pudo evitar mirar a Linley con sorpresa.
Los otros Dignatarios también lo miraban sorprendidos.
Forhan continuó: —Adquirir el artefacto Soberano era una cosa, pero mi hijo perdió su clon divino más poderoso por su culpa.
Y él es solo un mero Dios...
y, sin embargo, ya es tan poderoso.
Cuando se convierta en un Dios Altivo, su estatus en el clan definitivamente será más alto que el mío.
Yo, Forhan, ¿elevar la cabeza para observarlo y vivir debajo de él, día tras día? Ese tipo de vida no es más que una tortura...
y por eso debe morir.
—¿Un Dios?
Bastantes Dignatarios en la sala observaron hacia Linley, asombrados.
¡Ellos no sabían que Linley era un Dios! Tampoco sabían que tenía un artefacto Soberano.
—Así que de eso se trataba todo.
De eso se trataba todo.
La Gran Dignataria se levantó, murmurando en voz baja.
*¡Whoosh!*
El cuerpo de la Gran Dignataria apareció de repente junto a Forhan.
Con un despiadado golpe de palma, golpeó violentamente la cabeza de Forhan.
Con un sonido de ‘bang’, la cabeza explotó, luego dos chispas divinas cayeron.
Linley contuvo la respiración debido al shock.
—La Gran Dignataria...
Toda la sala instantáneamente se calló.
Incluso Beirut y Dunnington miraron fijamente a la Gran Dignataria en estado de shock.
—¡Todos los clones de aquellos que traicionan al clan serán asesinados! —dijo en voz baja.
Sus ojos se humedecieron...
pero en un instante, se secaron.
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