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Estado: Finalizada
Autor: I Eat Tomatoes

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CAPITULO 416

Capítulo 416 - La Decisión De Desri De temperamento gentil, con una sonrisa siempre presente en su rostro.

Esa era la imagen de Desri que Linley tenía en su mente.

Pero en ese momento, el cabello de Desri estaba despeinado, y todo su cuerpo emanaba un aura brutal.

Incluso cuando notó la llegada de Linley, él no había cambiado su aura en absoluto.

—Viniste —dijo con calma.

Linley suspiró en secreto.

La destrucción de su clon divino al parecer verdaderamente había sido un gran golpe a la mente de Desri.

—Desri, es inútil sentir pesar por la destrucción de tu clon divino.

En este momento, lo que puedes hacer es trabajar duro y pensar acerca de tu camino futuro.

La forma en que estás en este momento, tan frustrado que ni siquiera estás hablando con tus amigos y familiares, manteniendo todo embotellado en el interior, harás que tu familia y amigos se sientan preocupados por ti —instó.

Desri se quedó en silencio por un momento.

—Cuando regresé, mi mente estaba en un estado de caos.

No quiero hablar con ellos —habló.

Linley asintió levemente.

Desri y Linley eran diferentes.

Después de todo, Desri había trabajado duro durante más de cinco mil años para convertirse en una Deidad.

Los resultados de sus cinco mil años de esfuerzo habían desaparecido en un día.

Nadie podría ser capaz de aceptar algo así con perfecta calma.

—Desri, ¿cuál es tu decisión? —suspiró a medida que preguntaba—.

¿Vas a entrenar en otras Leyes Elementales para convertirte en una Deidad por tu cuenta, o buscarás una chispa divina Semidiós y te fusionaras con ella para convertirte en una Deidad?  En ese punto, Desri no tenía otras opciones.

Él dejó escapar una risa burlona.

—¿Entrenar en otras Leyes Elementales? —Desri miró a Linley—.

Linley, fui más hábil en las Leyes Elementales de la Luz, pero aun así, me tomó un período muy largo de tiempo el convertirme en una Deidad.

Si tuviese que cambiar a otras Leyes Elementales, me tomaría más de diez mil años.

Dime, ¿cómo es posible que pueda convertirme en una Deidad por mi cuenta de nuevo? Linley se quedó en silencio por un momento.

Él entendía que cada persona tenía sus propios puntos fuertes y especialidades.

Por ejemplo, si Linley se viese obligado a entrenar en las Leyes Elementales de la Oscuridad, de la cuál él no sabía nada, aunque gastase diez veces o cien veces la cantidad de esfuerzo, sus logros en las Leyes Elementales de la Oscuridad todavía no alcanzarían el nivel de sus Leyes Elementales del Viento.

La mitad del esfuerzo para el doble de resultados; doblar el esfuerzo para la mitad de los resultados.

Había una gran diferencia entre los dos.

—Desri, sé que tienes la mayor aptitud para las Leyes Elementales de la Luz...

—dijo solemnemente—.

Esa chispa divina tuya fue capturada por ese hombre de túnica plateada que sirve a Ojwin.

No te preocupes.

Definitivamente conseguiré una manera de tomar esa chispa divina de nuevo para ti.

Si el cuerpo original de Desri fuese a fusionarse con su propia chispa divina, entonces él sería capaz de tener éxito en un período muy corto de tiempo.

Pero Linley también entendía que era difícil decir si ese hombre de túnica de plata se mostraría de nuevo o no.

—Si no soy capaz de encontrar tu chispa divina, entonces encontraré una manera de encontrar otra chispa divina de tipo luz —dijo Linley.

Como Linley lo veía...

Originalmente, cuando Ojwin había atacado, Desri le había dado un gran apoyo al no retirarse inmediatamente, lo que dio lugar a que su clon divino fuese destruido.

Desri originalmente tenía un futuro en las Leyes de tipo Luz, pero ahora, su única opción era elegir la fusión con una chispa divina para convertirse en una Deidad de nuevo.

Él, Linley, tenía que ayudarlo.

—No es necesario —dijo Desri con inquebrantable determinación.

Linley no pudo evitar sentirse sobresaltado.

¿Qué quería ese Desri? ¿Podría ser que él mismo, confiando en su poder como Santo Primordial, iría a tomar una chispa divina? —No quiero entrenar en las Leyes Elementales de la luz por más tiempo —él lo miró y suspiró—.

Linley, después de múltiples batallas, he descubierto que entrenar en ataques espirituales es bastante desventajoso en las batallas.

Quiero entrenar en misterios que sean de utilidad en combate cuerpo a cuerpo.

—¿Combate cercano?  Linley se sorprendió un poco.

Él no esperó que en realidad Desri decidiese cambiar su ruta de entrenamiento.

Pero tenía sentido.

Después de convertirse en una Deidad, Desri había participado en dos grandes batallas, la primera vez en contra Beaumont, la segunda vez contra el hombre vestido de plateado que servía a Ojwin.

Desri se había dado cuenta de que...

Utilizar únicamente ataques espirituales era en gran medida una desventaja en batalla.

A pesar de que el alma era extremadamente importante, los ataques físicos eran más eficaces.

—Si ese es el caso.

Linley llegó a una decisión.

Con un giro de su mano, sacó una chispa divina negra de la nada, la cual actualmente emanaba un aura de muerte.

Desri no pudo evitar mirar la chispa divina.

—Linley, ¿qué es eso?  Pero Desri también se dio cuenta de lo que era.

Linley asintió levemente.

—Bien.

Esta es la chispa divina que obtuve cuando matamos a Beaumont.

La naturaleza de esta chispa divina es de los Edictos de la Muerte.

En el entrenamiento, aparte de las Siete Leyes Elementales, también están los Cuatro Edictos.

Los Edictos de la Muerte incluyen fuertes ataques espirituales, así como también fuertes habilidades de combate cercano.

Fusiónate con ella, investígala y rompe a través.

Deberías ser capaz de tener algunos logros.

Desri vaciló un poco.

En realidad, en ese momento, él deseaba mucho esa chispa divina.

Sin embargo, las chispas divinas eran simplemente demasiado preciosas.

Linley había sido el único en matar a Beaumont, por lo que la chispa divina, naturalmente, era para él.

—Tómala.

Linley naturalmente era capaz de decir lo que él estaba pensando.

Él lanzó la chispa divina directamente a Desri, quien inconscientemente la atrapó.

A medida que su mano se cerraba alrededor de ella, los ojos de Desri comenzaron a brillar.

Ahora que tenía una chispa divina, convertirse en una Deidad de nuevo no era más que una cuestión de tiempo.

—Gracias.

Desri se limitó a decir eso a Linley.

Linley sonrió.

—Desri, tal como lo veo, es mejor si vienes al Castillo Sangre de Dragón a entrenar.

Actualmente, Tarosse y Dylin están allí.

Es bastante seguro...

En cuanto a este lugar, me preocupa que las Deidades puedan descubrir que estás fusionándote con una chispa divina.

Ellos podrían venir y robártela.

Desri asintió.

En el actual continente Yulan, había muchas Deidades presentes.

A pesar de que estaba entrenando dentro de la montaña, él no sería capaz de evitar el sentido divino de una Deidad.

Lo más probable es que la gran mayoría de las Deidades estaría dispuesta a matar a Desri, un mero Santo Primordial, por el bien de la adquisición de una chispa divina.

Cuando Desri salió, Pennslyn, Reynolds, y los otros, dejaron escapar un suspiro de alivio.

Esta vez, Desri explicó claramente lo que le sucedió a Pennslyn.

Sólo en ese momento, ella supo que...

su esposo en realidad había perdido su chispa divina.

No era de extrañar que hubiese sido así.

Por el bien de la seguridad, Pennslyn y los demás decidieron ir con Desri al Castillo Sangre de Dragón.

El interior del Castillo Sangre de Dragón era muy amplio.

Ni siquiera sería un problema si llegasen miles de personas.

Linley también estaba muy feliz...

Debido a que eso significaba que Reynolds también estaría viviendo en el Castillo Sangre de Dragón.

Los dos hermanos volverían a ser capaces de beber y charlar a menudo.

Mientras tanto, después de que las fuerzas de Ojwin hubiesen sido expulsadas ​​del Imperio Baruch, las otras Deidades que permanecían escondidas en el continente Yulan, viendo que incluso el Dios Completo, Ojwin, había sido forzado a huir, ellos no se atrevieron a soñar con hacerse cargo del Imperio Baruch por sí mismos.

El Imperio Baruch volvió lentamente a la normalidad.

El lado de Linley permaneció en el Castillo Sangre de Dragón, entrenando en satisfacción, pero las fuerzas de Ojwin, que habían sido enviadas a huir, no podían estar tan relajadas.

En un pequeño pueblo cerca de las fronteras del Imperio O’Brien, el Dios, Ojwin, se ocultaba por ahora.

Actualmente, el Imperio O’Brien era territorio de Lord Adkins.

No importa qué tan audaz fuese Ojwin, él no se atrevería a tomar el territorio de Adkins.

—Recientemente, su Señoría ha estado en un estado de ánimo inestable.

—Kingsley murió.

No es de extrañar que su Señoría esté actuando así.

Un hombre vestido de plateado estaba charlando con un hombre vestido de negro.

En los últimos días, casi nadie se atrevía a ir a molestar a Ojwin.

Ellos esperarían que Ojwin les diese órdenes, y luego irían a llevarlas a cabo.

Ojwin estaba sentado frente a su escritorio, bebiendo una copa de vino tras otra, su mirada no era clara.

Claramente, él estaba pensando en algo.

—Olivier...

Cuanto más Ojwin pensaba en ello, más su cuerpo emitía esa aura siniestra de forma natural.

¡Él realmente quería matarlo! —Si no mato a Olivier, nunca estaré a gusto —la rabia ardiente de Ojwin seguía elevándose—.

Pero la fuerza de ese Tarosse es simplemente demasiado sorprendente.

Incluso si tuviese que luchar contra él con toda mi fuerza, probablemente todavía estaría en desventaja.

Con él y Dylin quedándose en el Castillo Sangre de Dragón, ¿cómo voy a matar a Olivier? Ojwin era un hombre de gran ambición.

Él era capaz de resistir, mientras que, al mismo tiempo, no estaba dispuesto a subordinarse a los demás.

A través de los incontables años que había pasado en la Prisión Planar de Gebados, Ojwin sólo tenía dos metas; llegar a las mayores alturas del poder y la autoridad, y proteger a su hijo.

Él no decidía ofender a los demás casualmente.

En la Prisión Planar, él había conocido a un buen número de expertos, de los cuales, con muchos de ellos estaba en buenos términos.

¡Él fue capaz de ganar un poco de fama en Ciudad Fuego Azul, mientras que, al mismo tiempo, Ojwin perseguía continuamente el objetivo de convertirse en un Dios Altivo! Un Dios Altivo era simplemente mucho más poderoso de lo que un Dios jamás podría ser.

Ahora que su hijo había muerto, Ojwin quería buscar venganza.

Al mismo tiempo, todavía tenía el objetivo de convertirse en un Dios Altivo.

—En primer lugar, venganza —Ojwin miraba hacia el Suroeste—.

Pero por mí mismo… es imposible para mí ir al Castillo Sangre de Dragón y matar a Olivier cuando él está siendo protegido por Tarosse y Dylin.

Parece que, voy a tener que tomar esta decisión...

A Ojwin no le gustaba subordinarse a otros.

Pero ahora, se decidió a hacerlo.

—Oerph tiene algo de rencor contra mí.

Si voy servir a Lord Adkins, al menos Hanbritt, el cuál le sirve, está en buenos términos conmigo.

En ese lugar, voy a ser capaz de establecerme rápidamente.

No debería ser demasiado difícil para mí ganar venganza confiando en el poder de Lord Adkins.

La mirada de Ojwin se volvió tan fría y tan afilada como un cuchillo.

—Olivier.

¡Definitivamente voy a matarte! ¡¡Voy a destruir tu alma y dispersaré tu espíritu!!! —apretó los dientes.

La capital imperial del Imperio O’Brien.

El palacio imperial.

El clan imperial que había estado en el palacio imperial había sido exterminado hace mucho tiempo.

Ese ahora era el lugar donde vivía Lord Adkins.

Adkins tenía unos pocos pasatiempos.

Le gustaba usar ropa extravagante, le gustaba probar algunos alimentos preciosos, raros, y le gustaba ver bailar a mujeres hermosas...

Él sostenía una copa de vino en su mano derecha, tan blanca como el de una mujer.

Tomó un gentil sorbo de vino, sonriendo con calma mientras observaba a las muchas mujeres que bailaban dentro de las flores en frente de él.

En ese momento, en los jardines de flores, el joven con el cabello corto plateado estaba llevando a Ojwin.

—No te apresures.

Lord Adkins actualmente está disfrutando de sí mismo.

En un momento como ese, él odia cuando otros lo perturban —explicó el joven con el cabello corto plateado.

Ojwin asintió y rio.

—También he oído que, cuando Lord Adkins estaba en Ciudad Fuego Azul, le gustaba divertirse.

Sólo alguien tan exaltado como Lord Adkins era capaz de disfrutar de sí mismo en un lugar como la Prisión Planar de Gebados.

El joven de cabello plateado también rio.

Otros habían sido atormentados en la Prisión Planar, pero alguien tan poderoso como Adkins, disfrutaba de su tiempo allí.

—Adelante.

Una voz resonó en su mente.

El joven de cabello plateado inmediatamente llevó a Ojwin a los jardines de flores.

Al llegar frente a Adkins, Ojwin inmediatamente se arrodilló en una rodilla con respeto.

—¡Yo doy mis respetos al exaltado y poderoso Lord Adkins!  Bajó la cabeza.

Adkins, sentado en su silla, miró de reojo.

—¿Ojwin? Cierto, oí que hace un tiempo, estabas en el Imperio Baruch —dijo Adkins con una sonrisa.

—Mi fuerza era inferior a la de otro y por ello tuve que salir del Imperio Baruch.

Ojwin todavía no se atrevía a levantar la cabeza.

A pesar de que ahora se uniría al lado de Adkins, él no se atrevió a pedir ayuda.

Él sabía que...

para un Dios Altivo, independientemente de si él aceptaba a otro Dios en su entorno no causaría mucha diferencia en absoluto.

—Puedes levantarte —dijo con calma—.

A partir de hoy, también puedes permanecer en este palacio imperial.

Si hay algo que necesite, te voy a enviar órdenes.

—Sí, Lord Adkins.

Ojwin se sintió aliviado.

Él sabía que...

ahora que estaba sirviendo a Adkins, al menos lo protegería.

—Ojwin, puede irte por ahora —dijo.

—Sí, Lord—.

Él se fue respetuosamente.

Adkins miró al cercano joven de cabello plateado.

—Hanbritt, por lo que sé, cuando esas personas que habían ido a la Necrópolis de los Dioses regresaron, ese Beirut debió haber vuelto al Bosque de la Oscuridad.

Qué tal esto...

envía a un subordinado para hacer un viaje al Bosque de la Oscuridad.

No es necesario que te diga cuál es el propósito, ¿verdad? —Sí, Lord —dijo el joven de cabello plateado, ‘Hanbritt’, con respeto.

Adkins miró hacia el Noreste, y luego rio.

Él bebió el vino que quedaba en el vaso de un trago.

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