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Autor: I Eat Tomatoes

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CAPITULO 377

Capítulo 377 - Nuevas Variables ¿Confiarle una tarea? Linley miró a César en confusión.

—¡Lord César, dígame! César era, después de todo, la principal figura fundadora de la organización ‘Sable’, uno de los cuatro principales gremios de asesinos del continente Yulan.

La mayoría de los asuntos de los mortales, podían ser manejados simplemente por Sable.

Para que César pidiese la ayuda de Linley sin duda significaba que ese asunto no era simple.

—Linley, no hace mucho tiempo, O’Brien y Catherine, esos dos sujetos codiciosos, dijeron que querían hacerse cargo de todo el mundo, ¿no? —dijo César.

—Ese fue el caso, sí.

Linley asintió.

Cesar también asintió y dijo: —Independientemente de que el mundo esté dividido entre ustedes tres, eso no es de mi incumbencia.

Pero debes saber que Rosarie y yo tenemos una especial...

Relación —carcajeó—.

Entiendo que el temperamento de Rosarie es bastante bueno.

Ella permaneció en el Santuario de la Diosa de Hielo todo este tiempo debido a que ella realmente se preocupa por el Santuario de la Diosa de Hielo.

Linley asintió.

Rosarie había estado entrenando desde hacía miles de años, pero aún se mantenía en el Santuario.

A partir de eso, se podría decir cuánto valoraba al Santuario de la Diosa de Hielo.

¿Cuántos de los expertos de la Iglesia Radiante o el Culto de las Sombras que habían estado en entrenamiento durante miles de años habían permanecido en sus respectivas iglesias? ¡Después de todo, el objetivo de esos expertos que habían entrenado durante miles de años era convertirse en una Deidad! Si ellos mismos estaban en el camino de convertirse en una Deidad, ¿por qué sentirían la necesidad de adorar a un dios? Los Dioses requerían que la gente tuviese fe en ellos.

Rosarie, sin embargo, no se había quedado en el Santuario de la Diosa de Hielo todo ese tiempo debido a su fe en la Diosa de Hielo.

Era debido a que estaba unida emocionalmente al Santuario de la Diosa de Hielo.

—Ese día, O’Brien dijo que quería quedarse con los Dieciocho Ducados del Norte—Cesar negó con la cabeza sin poder hacer nada—.

En realidad, no importa realmente si se hace cargo.

Sólo que, debes entender que el Imperio O’Brien tiene un reglamento interno en el que sólo está permitida la adoración al Dios de la Guerra, O’Brien.

Todas las demás religiones están prohibidas.

Linley asintió.

Incluso la Iglesia Radiante y Culto de las Sombras sólo habían sido capaces de establecer redes de inteligencia dentro del Imperio O’Brien.

Ellos no se atrevieron a hacer proselitismo abiertamente a gran escala.

—Una vez que los Dieciocho Ducados del Norte sean sometidos, dada la regla de hierro del Dios de la Guerra O’Brien, él definitivamente no permitirá que el Santuario de la Diosa de Hielo siga existiendo —Cesar frunció su frente—.

Me preocupa que Rosarie actúe de un modo impetuoso y luche contra el Imperio O’Brien.

Linley ahora entendía por qué César estaba preocupado.

—Lord César, ¿por qué está tan preocupado por algo como eso? Mientras usted esté vivo, creo que el Dios de la Guerra no irá demasiado lejos en sus acciones.

Linley rio.

César asintió y dijo: —Cierto.

Mientras yo viva, ese es el caso.

Pero, y si...

¿Y si en este viaje a la Necrópolis de los Dioses, muero? ¿El Dios de la Guerra todavía tratará al Santuario de la Diosa de Hielo con tanta cortesía?  Un rastro de frustración se podía ver en el rostro y en el ceño fruncido de César.

—Eso… —Linley se quedó en silencio por un momento—.

Lord César, ¿por qué tiene tan poca confianza en usted mismo? —Eso no es todo —negó con la cabeza—.

Linley, no lo entiendes.

Aunque los cuatro de somos Semidioses, todavía hay grandes diferencias entre los Semidioses.

Por ejemplo, los Santos.

¿Puede un Santo en la etapa inicial posiblemente compararse a ti en poder? ¿Un Santo en la etapa inicial? Incluso un millón de Demonios Abisales de Cuchillas no habían sido capaces de estar en contra de Linley, y los había asesinado a su antojo.

La diferencia entre ellos era tan grande como la de los cielos y la tierra.

—Aunque todos somos Semidioses, mi fuerza es la más baja de los cuatro.

Por ejemplo, Dylin.

Él ya es un Semidiós en la etapa pico, y, supuestamente, él está justo en la cúspide de romper a través y convertirse en un Dios.

César negó con la cabeza mientras hablaba.

Después de todo, César no era más que un Semidiós en la etapa temprana.

¿Los demás? El Dios de la Guerra se había convertido en una Deidad hace cinco mil años y el Sumo Sacerdote se había convertido en una Deidad hace más de diez mil años.

¿En cuanto a Dylin? También él se había convertido en una Deidad decenas de miles de años atrás.

—La persona con la mayor probabilidad de morir en la Necrópolis de los Dioses en realidad soy yo —dijo.

—Entonces, Lord César, ¿por qué va a la Necrópolis de los Dioses? —preguntó.

—La primera razón es que me veo obligado a ir.

La segunda es...

—los ojos de César se iluminaron—.

Una larga y perezosa vida también se pone aburrida con el tiempo.

Quiero experimentar la emoción de las luchas de vida o muerte una vez más.

En el pasado, cuando estaba con Armand, caminamos al borde de la vida y la muerte.

Además, mi carrera es como un asesino.

Esa realmente fue una vida emocionante.

La extraño mucho.

César todavía tenía el corazón de un guerrero.

Linley entendía.

Guerreros como César no serían capaces de dormir para siempre en un estilo de vida tranquilo.

¡Lo que necesitaban era la batalla, eran las actividades que estremecían el corazón, eran los nuevos avances, elevarse a niveles cada vez más altos! —Linley, ¿estás dispuesto a ayudar en los asuntos de Rosarie? —preguntó César directamente.

—Por supuesto que estoy dispuesto.

Lord César, ¿cómo me atrevería a no estar dispuesto? —dijo con una sonrisa.

—Tú, pequeño bribón.

César también sonrió.

Dentro de diez años más o menos, Linley se convertiría en una Deidad.

Aún más importante...

él tenía una relación especial con Bebe y Beirut.

Esa era la razón por la cual César había ido a pedir la ayuda de Linley.

Mientras él estuviese dispuesto a participar, incluso si el Dios de la Guerra regresaba de la Necrópolis de los dioses, él no actuaría contra Rosarie.

—¡Linley, O’Brien, Catherine! Una voz antigua sonó de repente en la mente de Linley.

No sólo en la de Linley; el Dios de la Guerra en la montaña del Dios de la Guerra y el Sumo Sacerdote en el Imperio Yulan ambos oyeron esa misma voz.

El rostro de Linley cambió.

¡Lord Beirut! —Sé que ustedes están planeando iniciar una guerra en el continente.

No me importa lo que ocurra con el resto del continente Yulan, pero hay dos cosas que necesitan recordar.

La primera es que no se puede perturbar la paz del Bosque de la Oscuridad.

La segunda es que sus ejércitos no están autorizados a entrar en los Dieciocho Ducados del Norte, ni se les permite participar en una masacre en los Dieciocho Ducados del Norte.

¿Entendido? —Sí, Lord Beirut.

El Dios de la Guerra, el Sumo Sacerdote y Linley respondieron simultáneamente de vuelta.

¿Quién se atrevería a violar las órdenes de Lord Beirut? Lord Beirut retrajo su presencia divina de sus mentes.

—En verdad aterrador.

Su sentido divino es capaz de cubrir al instante todo el continente Yulan —Linley suspiró con elogios sin fin—.

El poder de Lord Beirut es simplemente demasiado grande, muy por encima de la gente como el Dios de la Guerra.

—¿Qué pasó, Linley?  César, al ver que Linley se había perdido en sus pensamientos, no pudo evitar ponerse confundido.

Linley lo miró, luego comprendió.

Justo en ese momento, Lord Beirut sólo había hablado con su sentido divino para dar órdenes a Linley, el Dios de la Guerra, y el Sumo Sacerdote.

Los otros expertos no sabían al respecto.

—Lord César, ¿no era que le preocupaba Rosarie?  Linley rio.

Cesar asintió, mirando a Linley de manera interrogante.

—No hay necesidad de preocuparse más —dijo.

César estaba un poco desconcertado.

—¿Qué está pasando? —Justo ahora, Lord Beirut nos habló mentalmente a los tres.

Los Dieciocho Ducados del Norte están fuera de los límites.

No hay ejércitos a los que se les permita invadir, ni estamos autorizados a participar en batalla y masacre allí —Linley rio hacia César—.

Lord César, ahora usted debe estar a gusto.

Cesar dejó escapar un largo suspiro y luego sonrió.

—Pero no lo entiendo.

¿Por qué está haciendo eso Lord Beirut? ¿Podría ser que lo está haciendo por mí? Creo que...

No soy lo suficientemente importante para que lo haga sólo por mí.

Él no entendía.

—Si no puede entenderlo, entonces deje de preocuparse por ello.

Es una buena cosa, ¿verdad?  Linley rio.

Cesar también rio.

—Jaja, cierto.

Es algo bueno.

Cierto, Linley.

No te molestaré más.

Después de hablar, Cesar desapareció en el aire.

Incluso al nivel de poder de Linley, él apenas pudo ver la figura de Cesar transformarse en una mancha, para luego desaparecer.

—Esa técnica Forma de Sombra está en el nivel de permitir que la sombra en la que él se transforme se vuelta completamente invisible.

Qué aterrador.

Linley suspiró en alabanza para sí mismo.

Esa noche definitivamente no iba a ser una noche cualquiera.

Sin embargo, poco después de que Cesar se hubiese ido, otra persona apareció en el estudio de Linley.

Pero cuando esa persona llegó, él no se dio cuenta de su presencia en lo más mínimo, y él continuó leyendo su libro.

Sólo después de que hojeó varias páginas notó por el rabillo de sus ojos que había alguien en la habitación con él.

Linley instantáneamente tuvo tanto miedo que su corazón se encogió.

—Lord Beirut.

De inmediato se puso de pie.

El hombre todavía estaba vestido con una larga túnica negra, con el cabello negro, una barba negra, y un toque de una sonrisa en su rostro.

Era el rey del Continente Yulan...

Beirut.

Beirut, dijo con una leve sonrisa: —Linley, espera un momento.

Cuando llegue Bebe, hablaremos.

—¿Bebe?  Linley estaba confundido.

*Swish* Unos segundos más tarde, una sombra negra corrió dentro de repente, y Bebe saltó directamente en frente de Beirut.

—Abuelo Beirut, ¿por qué has venido? Beirut miró a Bebe, sonriendo tan ampliamente que sus ojos se convirtieron en pequeñas rendijas alegres.

Él había vivido un incalculablemente largo tiempo, y de todos sus descendientes, solamente Bebe era una ‘Rata Come Dioses’.

Se podía decir que...

Bebe, para Beirut, era tan importante como la vida misma.

—La razón por la que he venido hoy es para llevarme a Bebe de vuelta al Bosque de la Oscuridad —dijo Beirut, mientras miraba con benevolencia hacia Bebe.

—¿Regresar al Bosque de la Oscuridad? ¿Por qué tengo que ir allí? Me gusta estar aquí.

Bebe estaba poco dispuesto.

Pero Linley de repente tuvo una idea.

Lord Beirut definitivamente no haría eso sin ninguna razón en absoluto.

Él definitivamente tenía algún tipo de propósito especial para ello.

—Lord Beirut, ¿podría preguntar por qué está haciendo eso?  Él lo miró.

Beirut palmeó a Bebe alegremente y dijo: —Bebe, como una bestia divina, ‘Rata Come Dioses’, ha llegado a la última etapa de su período de crecimiento.

Él pronto alcanzará la edad adulta.

Al llegar a la edad adulta, llegará de forma natural al nivel Deidad.

Este periodo de tiempo es un período muy importante para él.

—¿Estoy a punto de convertirme en una Deidad? —dijo Bebe con sorpresa y alegría.

—Lo más probable es que necesite otros diez años.

Estos diez años, Bebe, serán los diez años más importantes de tu vida —dijo seriamente.

Linley entendió.

El mismo Beirut era una ‘Rata Come Dioses’, y en los innumerables planos del universo, Lord Beirut era, naturalmente, la persona que más sabía sobre las Ratas Come Dioses.

Linley también se preocupaba por Bebe, y quería que se desarrollase en el buen sentido y fuese más poderoso en el futuro.

—Bebe, ve al Bosque de la Oscuridad.

Después de todo, durante este período de tiempo, necesito entrar en entrenamiento a puertas cerradas, muy probablemente por alrededor de diez años.

Bebe se quedó en silencio por un momento, y luego intercambió una mirada con Linley antes de asentir.

—Bien entonces.

Pero Jefe, si estás libre, tienes que charlar conmigo espiritualmente.

—Bien.

Linley rio.

Beirut también tenía una sonrisa en su rostro.

Él estaba muy satisfecho con las acciones de Linley.

—Linley, hay algo sobre lo que debo hacerte saber —dijo Beirut.

El corazón de Linley se tensó, y él dijo inmediata y respetuosamente: —Lord Beirut, dígame.

Él asintió y luego continuó: —Sé que todos ustedes están preparándose para atacar a los otros imperios y unificar el continente Yulan.

Hace unas décadas o hace unos siglos, esa habría sido una tarea fácil, pero ahora...

Beirut negó con la cabeza.

Linley no pudo evitar sentirse sorprendido.

Las palabras de Beirut definitivamente no perdían la marca.

Pero basados ​​en los planes que el Dios de la Guerra y los demás habían elaborado, no debería haber ningún problema.

Después de haber exterminado a los Santos de los oponentes y luego enviar a sus ejércitos durante con el uso de sus propios Santos para amenazar a los enemigos, o incluso usar magia de nivel prohibido para asustarlos si era necesario...

Eso debería ser una cosa segura.

—Lord Beirut, ¿qué quiere decir?  Lo miró.

Beirut sonrió mientras miraba a Linley.

—Esa guerra no será tan simple como te imaginas que será.

Te recomiendo que no seas demasiado ambicioso.

Suficiente, he dicho lo que me importaba decir.

Hora de irse.

—Jefe.

Bebe hizo un gesto de despedida a Linley también.

Sosteniendo a Bebe en sus brazos, Beirut desapareció del estudio.

Fue tan rápido que Linley ni siquiera pudo decir cómo se había movido, o qué técnica de gran alcance podía haber utilizado.

Su técnica claramente estaba en un nivel mucho más alto que la de Cesar.

—¿Por qué Lord Beirut me dio esa advertencia de repente? —sentado en su estudio, él frunció el ceño pensativamente—.

¿Esta guerra no será tan simple como me imagino que será? ¿Podría ser que algo inesperado va a ocurrir? ¿Y también me dijo que no sea demasiado ambicioso? De repente tuvo una idea.

—Lord Beirut también nos había ordenado no atacar los Dieciocho Ducados del Norte.

La combinación de esos diversos asuntos hizo que sintiese de repente una sensación de presión.

—Tenemos que tener cuidado en la realización de esta guerra.

Tenemos que tomar las cosas con calma.

Se decidió.

A la mañana siguiente, él iría a encontrarse con Cena y le daría algunas instrucciones.

En cuanto a esa noche...

Cordillera de las Bestias Mágicas.

En lo profundo del Valle Brumoso.

Ese lugar una vez había sido la guarida del Wyrm Blindado Espalda de Navaja.

En el pasado, Linley había sido afortunadamente capaz de tragar la sangre y el cristal draconiano del Wyrm Blindado Espalda de Navaja, activando el linaje Sangre de Dragón en su cuerpo, lo que le permitió transformarse en un Guerrero Sangre de Dragón.

Y allí, también...

Dylin, después de que sacasen a Bloodviolet, y sus tres hijos Ni-Leones Dorados de Seis Ojos habían sido liberados.

En el mismo lugar...

*Riiiiiiiiip* El espacio allí se onduló como el agua, con las ondulaciones creciendo más y más, hasta que finalmente, un gran agujero se rasgó en el espacio.

*Swish* *Swish* *Swish* Ocho figuras cargaron fuera a alta velocidad, las cuales parecían ser humanoides.

Algunos de ellos tenían cuernos, mientras que otros estaban cubiertos de ropas andrajosas.

Las ocho figuras que huyeron fuera del agujero estaban en una forma lamentable, pero todos estaban tremendamente contentos.

—Ahhh...

esta aura elemental...

que maravillosa que es —dijo una figura poderosa con cuernos de buey en la cabeza, tan emocionado que todo su cuerpo temblaba.

—¡Volví! ¡Finalmente, estoy de vuelta! —otro se arrodilló en el suelo, llorando de emoción—.

Finalmente me las he arreglado para escapar vivo de ese maldito lugar.

El olor de la tierra es tan embriagador.

Las ocho figuras estaban muy emocionadas.

—Todo el mundo, hemos conseguido escapar de la Prisión Planar de Gebados.

Ahora...

vamos a separarnos —dijo un hombre bien parecido con orejas puntiagudas y larga cabellera verde jade con una carcajada.

—Jaja, después de vivir en el terror desde hace miles de años, es el momento de disfrutar por nosotros mismos.

Las ocho figuras de repente salieron de la tierra, cada uno volando en una dirección diferente.

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