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Estado: Finalizada
Autor: I Eat Tomatoes

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CAPITULO 371

Capítulo 371 - Masacrando Un Camino Hacia La Sagrada Isla —Eso definitivamente no es aceptable.

Si vas a actuar así, entonces yo...

Dylin quería decir ‘seré incapaz de aceptar esa chispa divina’.

Pero esa chispa divina era simplemente demasiado importante para él.

—Lord Dylin, no le dé mucha importancia.

Usted debe saber que voy a ser una Deidad por mi cuenta, por lo que creo que usted la necesitará más que yo —cambió rápidamente de tema—.

Lord Dylin, tengo que irme.

Al ver que Linley estaba a punto de irse, no pudo evitar detenerlo.

—Linley, yo realmente no tengo ningún otro tesoro que pueda darte —lo miró, más serio que nunca—.

Sin embargo, recordaré la amabilidad que me has mostrado en este día.

Si en el futuro hay algo que necesites, yo, Dylin, definitivamente no diré una sola palabra de queja.

Linley sonrió.

—Entonces Lord Dylin, vamos a separarnos aquí.

……… Linley regresó al Castillo Sangre de Dragón, e informó a Delia, Wharton, y los otros de la decisión del Dios de la Guerra y del Sumo Sacerdote.

Wharton, los hermanos Barker y Zassler, al oír esa noticia, estuvieron muy emocionados.

Tanto los hermanos Barker como Zassler tenían sus propias grandes cuentas que saldar con la Iglesia Radiante.

Todo ese tiempo, Wharton, también quiso ayudar a Linley en su búsqueda de venganza.

En el pasado, no era lo suficientemente fuerte, pero ahora, él había alcanzado el nivel Santo, y una vez que se transformaba en un Guerrero Sangre de Dragón Santo, él era muy poderoso, a la par con Gates y los otros.

Noche.

Una luna creciente colgaba en el cielo.

Linley dejó su cama, poniéndose una bata larga y dirigiéndose al balcón, mirando la noche sin fin.

—Mañana.

Mañana, la Iglesia Radiante y yo tendremos nuestra batalla final.

Él no podía conciliar el sueño esa noche, no importa cómo lo intentase.

Por alguna razón, esas escenas de su infancia seguían parpadeando a través de su mente.

Cada vez que pensaba en el hecho de que al día siguiente, iba a hacer frente a la Iglesia Radiante, y que él estaba a punto de lograr la meta por la que había estado luchando por tanto tiempo, se emocionaba.

—Linley —Delia caminó junto a él—.

¿Estás pensando en el ataque de mañana a la Iglesia Radiante? Delia iba a ir junto a Linley mañana.

Aunque ella no se había fusionado completamente con la chispa divina, ella todavía era una Gran Maga Santa de tipo viento.

Además, incluso su ‘Reino Divino’ incompleto todavía podría ser eficaz en ciertas circunstancias.

—Cierto.

Mañana es un día por el cual he esperado mucho tiempo —su corazón estaba agitándose de emoción—.

Lamentablemente, el abuelo Doehring...

no será capaz de verlo.

—Si tu abuelo Doehring todavía viviese, él definitivamente estaría muy orgulloso de ti.

Delia lo consoló.

Delia también sabía de Doehring Cowart.

—Mi madre murió.

Mi padre murió.

Incluso el abuelo Doehring, quien cuidó de mí todo el tiempo, murió —él miró hacia el Oeste—.

¡Todo gracias a la Iglesia Radiante! El autoproclamado ser ‘Radiante’, el autoproclamado ‘amar al mundo’.

¡La Iglesia Radiante! Ellos destruyeron todo.

Linley sacudió la cabeza y se burló: —Mientras que yo...

no era nada más que una de las innumerables familias que habían destruido.

Barker y sus hermanos, Rebecca y su hermana...

¡Sus familias también fueron aniquiladas! ¡Fue la Iglesia Radiante quien lo hizo! La ira de Linley estaba empezando a elevarse.

—Linley, no pienses demasiado en esas cosas.

Mañana, todo va a llegar a su fin.

—lo consoló.

Ella sabía muy bien que...

si no hubiese sido por la cantidad de odio que había sentido, ¿cómo podría Linley obligarse a sí mismo a soportar tanto, y a la tierna edad de dieciocho años, entrar en la sin fin y deshabitada Cordillera de las Bestias Mágicas por tres años completos, y luego entrenar en otro pequeño pueblo por cinco? —Cierto.

Mañana, todo llegará a su fin.

Él levantó la cabeza para mirar el cielo nocturno.

Por un momento, le pareció que...

¡su padre, su abuelo Doehring, y la vaga memoria borrosa de su madre estaban allí en el cielo nocturno, mirándolo! 8 de abril.

Amanecer.

El sol de la mañana brillaba sobre el Castillo Sangre de Dragón.

—Grooooowl.

Un gruñido profundo.

Una enorme forma draconiana, sinuosa pareció enroscarse cerca del Castillo Sangre de Dragón, pero los soldados del Castillo Sangre de Dragón no se sorprendieron en absoluto.

Muchos de ellos ya sabían que había tres dragones de nivel Santo viviendo dentro del Castillo Sangre de Dragón.

De vez en cuando, los dragones Santos saldrían, mientras que, de vez en cuando, volverían.

Esa también era la razón por la cual existía la leyenda urbana de que el Castillo Sangre de Dragón tenía enormes dragones en los alrededores.

Dentro de los amplios campos de entrenamiento del Castillo Sangre de Dragón.

Los expertos de Linley habían llegado hace mucho tiempo.

En ese viaje a la Isla Sagrada, el equipo de Linley incluía a...

Linley, Bebe, Delia, Wharton, los cinco hermanos Barker, Zassler, y los tres dragones de nivel Santo.

En total, trece.

En cuanto al Castillo Sangre de Dragón, Haeru sería dejado como guardia.

Cada individuo que saldría en esa expedición era un Santo de la etapa pico, ninguno de ellos era más débil que Heidens en poder.

—¿No han llegado todavía?  Wharton estaba poniéndose bastante impaciente.

En ese momento, había un grupo grande de gente esperando para despedirlos.

Uno de ellos era Hillman, quien comenzó a reír y dijo: —Wharton, no seas impaciente.

Todavía es temprano.

Las grandes llanuras del lejano oriente están especialmente lejos de nosotros, por lo menos a diez mil kilómetros de distancia.

Incluso volar tomaría mucho tiempo.

—El grupo de Desri probablemente llegará un poco antes, pero Tulily y los otros necesitan un largo periodo de tiempo.

No seas impaciente.

Todo el mundo, sólo sigan a la espera un poco más —dijo Linley.

Pero, aunque él aconsejó paciencia, todavía no podía dejar de mirar continuamente hacia los cielos.

Había esperado demasiado tiempo para ese día.

—Hermano mayor, creo que tú estás aún más impaciente que yo —dijo Wharton con una risa.

Linley sólo podía reír en respuesta.

—¡Wow, están aquí!  Bebe, de pie sobre los hombros de Linley, de repente dejó escapar un grito de deleite y sorpresa.

El grupo de Linley descubrió rápidamente que en el lejano horizonte, figuras humanas indistintas volaban hacia ellos a gran velocidad.

Uno de ellos, un rápido rayo de luz blanca con movimiento intermitente, era especialmente notable, y Linley reconoció de inmediato a la persona.

¡Era Desri! —¿Hrm?  Linley estaba repentinamente sorprendido.

Desde el lejano horizonte, habían más de diez personas volando hacia ellos.

Aparte de Desri, Pennslyn, Higginson, Miller, Ford, y Livingston, también había otros seis aproximándose.

Las otras seis personas eran dirigidas por Tulily.

—¿Tulily y sus discípulos también han llegado?  Aunque Linley estaba desconcertado por la pregunta de cómo Tulily, que vivía a más de diez mil kilómetros de distancia, había logrado llegar tan pronto, él todavía estaba muy encantado.

Todo el mundo estaba allí.

Eso significaba que podían salir pronto.

Los grupos de Desri y Tulily aterrizaron juntos dentro del Castillo Sangre de Dragón.

Tulily caminó hacia delante, con un toque raro de una sonrisa en su rostro, él dijo: —Linley, no estamos tarde, ¿verdad? —No es tarde para nada.

Sólo que, ¿por qué es que están junto con el grupo de Desri? ¿Se encontraron casualmente en el camino? Sobre todo, debido a que ustedes viven en las grandes llanuras del lejano oriente...

Antes de que Linley incluso terminase sus palabras, el cercano Desri rio y respondió: —Linley, Tulily llevó a sus discípulos a mi casa ayer, por lo que esta mañana, salimos juntos.

Él ahora entendió.

—Tenía miedo de llegar tarde y hacer a sus dos lados impacientes.

Eso no sería bueno —Tulily rio—.

Desri y yo de todos modos no habíamos tenido una reunión adecuada en bastante tiempo, así que me quedé una noche en su casa.

—Todo el mundo está presente.

Basta de cháchara, entonces.

Vayamos —dijo Bebe.

Linley, Desri y Tulily intercambiaron miradas, luego comenzaron a reír.

Linley asintió y dijo en voz alta: —Bueno, entonces salgamos de inmediato —miró hacia el horizonte occidental, con los ojos brillantes—.

¡Nuestro destino: la Isla Sagrada de la Iglesia Radiante! Continente Yulan, año 10034, 8 de abril.

Con Linley, Desri y Tulily como los líderes, un total de veinticinco Santos volaron valientemente desde el Castillo Sangre de Dragón, perforando a través de las nubes en el cielo, dirigiéndose directamente al Oeste.

Los guardias del Castillo Sangre de Dragón suspiraron con asombro al ver esa escena.

Veinticinco Santos volando juntos al mismo tiempo.

¿Cuándo la gente común había visto un espectáculo tan increíble? Dentro de un gran barco que navegaba a toda prisa hacia la Isla Sagrada de la Iglesia Radiante.

Las olas golpeaban contra las playas a medida que el barco finalmente se detenía en el puerto de la Isla Sagrada.

Frente al puerto, los Ejecutores Especiales del Tribunal Eclesiástico de túnica violeta estaban mirando fríamente a la nave.

El Ejecutor de alto nivel que estaba a cargo de escoltar la nave fue el primero en desembarcar.

—¿Cuántos trajiste embarcados? —dijo el líder de los Ejecutores Especiales fríamente.

El Ejecutor desembarcado dijo respetuosamente: —Milord, esta vez nos han enviado más de ochocientos.

—Mm —el Ejecutor Especial asintió levemente—.

Rápido, tráelos hacia aquí.

Primero límpialos y dales un poco de ropa limpia.

—¡Sí! Inmediatamente, un esclavo sucio tras otro fue llevado por los ejecutores.

—Iglesia Radiante, ¿radiante? ¡Tan radiante como heces de perro! —rugió n esclavo con furia desde en medio de los otros en el suelo, pero inmediatamente después de su grito sonó el chasquido de un látigo.

—Si tienes la capacidad para hacerlo, entonces mátame.

Estaba ciego por haber creído que se trataba de una peregrinación —rugió con fuerza en una voz ronca—.

¿Mi esposa, mi hija? ¿A todos los traen aquí también? ¿Y tú afirmas que esto es una peregrinación?  Realmente estaba ciego...

Eh...

Eh...

Eh...

Una cuchilla brilló y un gran agujero apareció en la boca del esclavo mientras un pedazo de su lengua caía.

—¿Qué es todo esto? —ladró el Ejecutor Especial al Ejecutor de bajo nivel que manejaba el látigo.

—Milord, tampoco lo sé —el Ejecutor de bajo nivel estaba aterrorizado—.

Si bien los embarcamos otra vez, ese obstinado fue disciplinado desde hace un tiempo.

No esperaba que ese hombre hubiese estado esperando su momento.

El esclavo cuya lengua había sido cortada miró con odio a esos Ejecutores.

La mayoría de los otros esclavos se habían sentido resignados a su suerte hace mucho tiempo.

Ellos caminaron hacia adelante aturdidos.

Dentro de un amplio túnel.

Heidens, vestido con una túnica blanca, estaba de pie delante de una bella sacerdotisa femenina, vestida de blanco.

En ese momento, un gran número de esclavos limpiados, ahora vestidos con ropa limpia, estaban siendo escoltados a través de este túnel oscuro hasta el otro extremo.

—Uh...

Ese esclavo cuya lengua había sido cortada también había sido limpiado y dado un nuevo cambio de ropa.

Él se quedó mirando a Heidens y, al instante, sus ojos se volvieron aterrorizados.

En la Unión Santa, Heidens había presidido reuniones a gran escala, y en el pasado, ese esclavo había visto personalmente a Heidens y sabía que era el Emperador Santo de la Iglesia Radiante.

Al instante, comenzó a hacer furiosos sonidos de ‘uh’ hacia Heidens.

—Date prisa —al instante, uno de los escoltas detrás de él le dio un latigazo salvaje, haciendo que el cuerpo del esclavo temblase debido al golpe.

—Esos necios.

Deben sentirse orgullosos de poder ofrecer sus vidas al poderoso Lord Chiquita —dijo la sacerdotisa detrás de Heidens con un bufido frío.

Heidens rio con calma.

—¿Cuántas almas necesita Lord Chiquita antes de que se haya recuperado por completo? —preguntó Heidens a la sacerdotisa vestida de blanco.

La sacerdotisa dijo respetuosamente: —Su Santidad, en el último año, ya hemos entregado varias decenas de miles de personas.

Lord Chiquita ya ha recuperado la mayor parte de su fuerza, pero de acuerdo a lo que dice Lord Chiquita, para recuperarse por completo, lo más probable es que necesite diez mil almas comunes más.

—¿Diez mil almas comunes más? Eso todavía tomará mucho tiempo.

Heidens frunció el ceño.

—Pero, por supuesto, diez almas de nivel Santo serían suficientes —dijo la sacerdotisa vestida de blanco.

Heidens frunció el ceño, echando una mirada a la sacerdotisa vestida de blanco.

—¿Almas de nivel Santo? Hmph.

Recuerda, todo lo que tienes que hacer es darle un buen cuidado a Lord Chiquita.

No te involucres en ninguna otra cosa.

—Sí —dijo la sacerdotisa vestida de blanco respetuosamente.

Heidens miró hacia el otro extremo del túnel, y luego a los esclavos recién limpiados que aún estaban siendo escoltados en una corriente continua a través de él.

Él suspiró en secreto: —¿Antes de vaciar su alma, él quiere que los esclavos se limpien y se pongan ropa limpia? Este Chiquita...

Ugh...

Heidens realmente sentía cierta aversión hacia ese Chiquita.

Pero Heidens sabía exactamente cuan terriblemente poderoso era Chiquita.

Desde que el evento que sucedió en las Tierras Anárquicas donde había desgarrado el acuerdo con Linley y terminó huyendo, Heidens había comenzado a planear con cuidado lo que tendría que hacer en caso de que Linley llevase a su grupo de Santos a masacrar un camino a la Isla Sagrada.

—Afortunadamente, el Soberano Radiante es generoso.

En este momento de crisis, permitió que Lord Chiquita descendiese —murmuró para sí mismo.

Pero lo que Heidens no sabía era que, en ese momento, Linley actualmente estaba liderando un grupo de veinticinco expertos que atravesaban el océano, volando a gran velocidad hacia la Isla Sagrada.

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