Capítulo 311 - Llamando A Las Tropas, Convocando A Los Generales
Las Tierras Anárquicas.
Territorio de la Iglesia Radiante.
En la vía pública, una procesión interminable del ejército se movía hacia delante, con los oficiales militares montados sobre bestias mágicas o sementales, dando potentes gritos a los soldados en esa enorme línea sin fin.
—¡Muévanse más rápido!
Blandiendo sus látigos en el aire, los oficiales militares tenían expresiones muy estrictas en sus rostros.
¡Una marcha forzada!
Ellos recordaban la orden que les habían dado.
Tenían que darse prisa hacia la ciudad de la prefectura de Sherry.
Fuera de los límites de la ciudad de la prefectura de Sherry era el lugar donde el Reino Baruch y la Iglesia Radiante iban a batallar.
Ese también era el lugar más cercano a las minas de cristal mágico al que la Iglesia Radiante tenía acceso.
La movilización de ese gran ejército no podía ser ocultada del Reino Baruch.
Naturalmente, tenían que actuar con rapidez.
En esos momentos, en los límites de Sherry, veinte mil soldados ya se habían reunido.
A esos soldados apresuradamente reunidos se les permitió un día o dos de descanso después de apresurarse hasta allí, y entonces ellos también podrían ser enviados a la batalla.
—Vamos a luchar en una guerra total contra el Reino Baruch.
Dentro de una tranquila mansión aislada, el Cardenal Guillermo estaba mirando a los cielos del Norte.
La persona responsable de esa batalla no era Arfan.
Era Guillermo.
Después de todo, en términos de influencia entre las masas, el Cardenal Guillermo tenía más.
Y…
A los Santos no se les permitía participar en esa batalla.
Arfan sería inútil, pero Guillermo, como Archimago de noveno rango, sería capaz tener un gran impacto.
—Qué verdadera lástima.
El joven hombre que podría haber sido de gran utilidad para la Iglesia Radiante se ha convertido en nuestro mayor enemigo.
Guillermo suspiró en su corazón.
Él lo había visto crecer personalmente, y crecer desde ser un mago genio de séptimo rango hasta ser un experto que podría matar a Clayde, un guerrero de noveno rango.
¿Después de estar en estado latente durante muchos años?
Él mató a seis Ángeles de noveno rango, y luego se convirtió en una figura que hacía temblar la tierra en el Imperio O’Brien.
Y luego...
Fundó el Reino Baruch en las Tierras Anárquicas.
—Han pasado veinte años.
Ese Linley ahora es tan poderoso que incluso el Pretor y los otros se están escondidos en la Isla Sagrada, con miedo de salir —pensó para sí mismo.
—¿Milord?
Un caballero lo saludó respetuosamente, diciendo en voz alta su nombre como un recordatorio.
Guillermo despertó de sus meditaciones.
Echando un vistazo al caballero, dijo: —Vámonos.
Ven conmigo a la frontera con la ciudad de la prefectura de Sherry.
Vamos a ver al Cardenal Oscuro del Culto de las Sombras, y veamos si el Cardenal Oscuro Weiss Porter ha mejorado en las últimas décadas.
………
La capital real, Ciudad Baruch.
El Palacio Real.
Wharton, Linley, Barker y los demás estaban de pie en una línea en la sala principal.
Había un mapa militar gigante en el centro de la sala, y un hombre de mediana edad actualmente estaba apuntando un puntero en la parte superior del mismo.
—Milords, la mina de cristal mágico está aquí.
Si fuese sólo la Iglesia Radiante la que nos atacase...
El lugar en que deberíamos optar por luchar es en la ciudad de la prefectura de Sherry.
Linley y los demás asintieron.
—Sin embargo...
—el hombre de mediana edad negó con la cabeza—.
A menos que el comandante de la Iglesia Radiante se haya vuelto estúpido, ellos no escogerán atacar allí.
—¿Oh?
Barker levantó una ceja.
El hombre de mediana edad continuó: —La mina de cristal mágico está a más de trescientos kilómetros de la capital, mientras que la ciudad de la prefectura de Sherry está a cuatrocientos o quinientos kilómetros de la capital.
¡Eso es en línea recta! Si tuviesen que hacer su camino desde la ciudad de la prefectura de Sherry hasta la mina de cristal mágico, tendrían que viajar casi mil kilómetros si siguiesen el camino.
En el camino a las minas, hay más de diez ciudades, grandes y pequeñas.
¿La Iglesia Radiante lucharía con nosotros por un millar de kilómetros, en lo profundo de nuestro territorio? Casi la mitad de sus fuerzas tienen que permanecer en sus guarniciones en sus fronteras con el Imperio O’Brien y el Imperio Rohault.
Sólo la mitad están disponibles para atacarnos.
—Por lo tanto, nuestra fuerza militar está más o menos a la par.
El hombre de mediana edad apuntó a Sherry.
—En el mismo nivel de poder, si hacemos guardia dentro de las murallas de nuestra ciudad, mientras ellos atacan...
y además son forzados a luchar en nuestro territorio a lo largo de mil kilómetros...
Estarían pidiendo la muerte.
—Por lo tanto, si la Iglesia Radiante nos quiere atacar, sólo tienen una opción.
Unir fuerzas con el Culto de las Sombras.
¡No tienen otra opción! —el hombre de mediana edad tomó una respiración profunda, el puntero en su mano se movió hacia un lado—.
El Culto de las Sombras comparte una frontera de más de mil kilómetros con nosotros.
¡El lugar más cercano a nuestra mina de cristal mágico, sin dudas, está aquí!
—¡La ciudad de la prefectura de Cod!
El hombre de mediana edad apuntó a un lugar.
—La mina de cristal mágico está fuera de la pequeña ciudad de Nifeng.
La ciudad Nifeng es una de las pequeñas ciudades bajo el control de la ciudad de la prefectura de Cod.
Desde Ciudad Cod a las minas hay una distancia de sólo cien kilómetros —el hombre de mediana edad tenía una expresión seria en su rostro—.
¡Si rompen nuestras defensas allí, sería viento en popa para que ellos llegasen a las minas de cristal mágico!
Linley asintió levemente.
Ese general explicaba las cosas muy claramente.
—Watts —dijo Wharton de pronto—.
Si te diese plena autoridad para dirigir la batalla a tu gusto, ¿estarías confiado en tu capacidad para ganar?
Barker también dijo: —Además, también te puedo proporcionar más de treinta cañones de cristal mágico.
Seré responsable de manejar el problema de hacerte llegar las gemas de cristal mágico necesarias.
Barker tenía un alto estatus en el Reino Baruch.
Él era el único Gran Mariscal del Reino, y su poder personal también era bastante aterrador.
Poco después de que Linley hubiese alcanzado el nivel Santo en su forma humana, Barker también lo hizo.
Una vez que se transformaba...
él era un Guerrero Inmortal Santo en la etapa pico.
Barker, que ya había dominado el nivel de ‘imponer’, no era ni un poco más débil que Osenno.
Al enterarse de que tenían más de treinta cañones de cristal mágico, los ojos de Watts se iluminaron.
Watts alzó el pecho y dijo con firmeza: —Su Alteza, siempre que usted me dé la autoridad para ordenar a nuestros quinientos mil soldados, tengo plena confianza en mi capacidad para mantenernos firmes en la ciudad de la prefectura de Cod y repeler a los enemigos.
—Muy bien.
Wharton reveló un rastro de sonrisa en su rostro.
El Reino Baruch en realidad tenía más de un millón de guerreros, sin contar a los guardias ordinarios de la ciudad.
—Su Alteza —dijo Watts solemnemente—.
Me preocupa que...
el enemigo llegue con una fuerza más terrible y más poderosa de lo que esperamos.
Si sucede algo como eso y una fuerza irresistible viene, mantenernos de pie sería peligroso.
—¿Una fuerza aterradora?
Wharton estaba perplejo.
—Correcto.
Por ejemplo, si un Santo fuese a aparecer, o si uno de los legendarios y poderosos escuadrones de magos de la Iglesia Radiante fuese a ser enviado, estaríamos en un gran peligro —dijo seriamente.
Tanto la Iglesia Radiante como el Culto de las Sombras habían pasado gran tiempo y esfuerzo cultivando su escuadrón de magos.
Ambos lados tenían poderosos escuadrones de magos, y el miembro más débil de esos cuerpos era de séptimo rango, mientras que los más altos eran Archimagos de noveno rango.
Un escuadrón de más de mil poderosos magos, con varios Archimagos de noveno rango dándoles órdenes, podrían lanzar hechizos mágicos terriblemente poderosos.
El poder de un escuadrón de ese tipo no era un ápice inferior al hechizo de ‘nivel prohibido’ de un Gran Mago Santo.
Ese también era el por qué, con los imperios normalmente no permitiendo que los Santos participasen en batallas, el escuadrón de magos se había convertido en una fuerza terriblemente poderosa.
—No van a aparecer los Santos enemigos.
Linley habló.
Watts inmediatamente miró a Linley.
Viendo que fue Linley el que había hablado, de inmediato se tornó muy respetuoso.
Linley rio con calma y dijo: —No te preocupes.
Ni la Iglesia Radiante ni el Culto de las Sombras enviarán a los Santos.
Además...
Sobre aquellos aterradores escuadrones de magos de los que hablaste...
—Si ellos quieren producir ataques mágicos de nivel prohibido...
no te preocupes, no serán capaces de hacerlo —dijo con calma.
A pesar de que habían acordado de que a los Santos no se les permitiría participar en la batalla, Linley sabía exactamente cuan poderosos eran los hechizos prohibidos.
Un único hechizo quizá podría destruir toda la ciudad de la prefectura de Cod y un aterradoramente alto número de personas iban a morir.
Linley no sería tan obstinado y terco como para permitir que toda una ciudad, con más de un millón de vidas, muriese a causa de un acuerdo.
¿Eran las vidas de un millón de personas de menos valor que un acuerdo?
Lo que es más.
Esos llamados acuerdos entre países sólo eran vinculantes y efectivos cuando las naciones estaban en niveles iguales de fuerza.
Si un lado era abrumadoramente poderoso, aunque rompiese el acuerdo en pedazos e inmediatamente atacase, ¿y qué? Eso era algo que se veía bastante seguido en el continente Yulan.
Pero, por supuesto, Linley sólo haría una cosa así si el escuadrón de magos enemigo lanzaba conjuntamente hechizos para crear un efecto a la par con un hechizo prohibido.
………
Como el comandante general, la información fluía constantemente hacia Watts, y él emitía una orden tras otra a sus subordinados.
La noticia de que las fuerzas de la Iglesia Radiante habían llegado a las afueras de la ciudad de la prefectura de Sherry se extendió rápidamente hacia él.
Podría ser...
¿Que la Iglesia Radiante realmente iba a atacar la ciudad de la prefectura de Sherry?
—La ciudad de la prefectura de Sherry ya tiene una legión allí.
Envíen otra.
Las dos legiones tendrán un total de doscientos mil soldados...
Defiendan su posición dentro de la ciudad, y destruyan los árboles alrededor de la ciudad de la prefectura de Sherry.
No le den al enemigo un lugar para esconderse y desde dónde lanzar emboscadas contra nosotros.
—La ciudad de la prefectura de Sherry definitivamente no es el lugar donde el enemigo lanzará su ataque real.
Ellos simplemente están tratando de amarrar nuestras fuerzas.
Todo lo que necesitamos hacer es defender nuestra postura.
El Culto de las Sombras actuó exactamente como Watts había predicho.
De hecho...
pronto se unieron al fragor.
—El puente delante de la ciudad de la prefectura de Cod debe ser destruido.
Además, las carreteras alrededor de la ciudad de la prefectura de Cod también deben ser destruidas.
No dejemos ninguna vía para que las fuerzas enemigas viajen fácilmente hacia nosotros.
Obliguémoslos a atacar directamente ciudad Cod.
Esa orden efectivamente causaría un poco de frustración a la Iglesia Radiante y al Culto de las Sombras.
—Dentro de la misma ciudad de Cod, todos los civiles deben ser reubicados.
La ciudad de la prefectura de Cod debe convertirse en un fuerte militar y debe ser reconfigurada internamente para la guerra.
Una orden tras otra llegó desde la sede militar, y fueron llevadas a cabo cuidadosamente por cada uno de los supervisores en cada lugar.
Una orden también llegó a las minas de cristal mágico.
—Aumenten el nivel de producción.
Extracción a la máxima velocidad posible.
No hay necesidad de continuar tratando de ocultar sus actividades.
En los últimos doce años, los tres poderes en las Tierras Anárquicas sólo habían participado en batallas a pequeña escala.
Nunca habían participado en algo así como la lucha de hoy.
Incluso antes de que comenzase la batalla, las fuerzas movilizadas ya habían alcanzado un número terriblemente alto.
Claramente…
Esa batalla no era para fines de entrenamiento.
Era el verdadero negocio.
En los infinitos cielos, un Linley vestido de azul podía ser visto volando por el aire a alta velocidad en dirección al Culto de las Sombras.
Linley sabía dónde vivía O’Casey; la sede del Culto de las Sombras en las Tierras Anárquicas era un aparentemente normal Templo de las Sombras.
La mirada de Linley era fría.
—O’Casey en realidad aceptó la oferta de la Iglesia Radiante.
¡Hrmph!
Linley no entendía eso, pero el Culto de las Sombras en realidad no tenía otra opción.
Si no ayudaban a Linley, entonces el poder de la Iglesia Radiante sería esencialmente destruido en las Tierras Anárquicas.
Temían que, en ese momento, Linley se volvería en contra de ellos.
Se debía entender que...
El equipo de Linley ahora consistía en Linley, Bebe, los hermanos Barker, y con Barker que había llegado al nivel Santo en su forma humana.
Ese equipo de santos era simplemente demasiado poderoso.
El Culto de las Sombras no sería capaz de combatirlos.
Si Linley realmente se volviese contra ellos e hiciese caso omiso a su acuerdo anterior, ¿qué es lo que el Culto de las Sombras sería capaz de hacer?
Sabían que Desri en realidad estaba inclinado hacia Linley.
Los Santos de Linley eran simplemente demasiado poderosos.
Sólo si tanto la Iglesia Radiante como el Culto de las Sombras estuviesen presentes Linley sería cauteloso.
Una vez que uno de los dos lados fuese destruido, lo más probable es que ambos estarían terminados.
—Los expertos de nivel Santo no pueden participar en las batallas o matar a la gente común, pero aún puedo matar Santos por mí mismo —Linley se quedó mirando el lejano Templo de la Sombra—.
Voy a usar la muerte para amenazar a O’Casey.
Tal vez eso lo ayude a despertar.
Linley utilizó su energía espiritual para escanear todo el Templo de las Sombras.
—Hrm, ¿nadie allí?
Linley frunció el ceño.
La energía alrededor de su cuerpo empezó a enturbiarse alrededor, y como un relámpago, Linley causó que la ventana se rompiese en silencio hasta volverse polvo.
Linley entró en la habitación.
—¿Dónde está O’Casey?
Linley miró con calma al anciano de cabello dorado en frente de él.
El anciano de cabello dorado era uno de los miembros más poderosos del Templo de la Sombra; un Santo.
Pero no era más que un Santo en la etapa media, mucho más débil que O’Casey.
—¿Linley? —el anciano sonrió—.
Lord O’Casey me ordenó que esperase por usted aquí, Lord Linley.
Permítame presentarme.
Soy un Ángel Caído de cuatro alas del Culto de las Sombras.
Linley miró con calma al anciano.
La actitud del anciano era muy humilde y dijo: —Lord O’Casey me ordenó informarle que esta batalla es inevitable.
En cuanto al propio Lord O’Casey, él ya ha regresado a la sede del Culto de las Sombras.
Soy el único Santo que queda aquí perteneciente al Culto de las Sombras.
Linley frunció el ceño.
O’Casey en realidad huyó de vuelta a casa.
—¿No tienes miedo de que te mate?
Linley miró al anciano.
Un Ángel Caído de cuatro alas.
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