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Estado: Finalizada
Autor: I Eat Tomatoes

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CAPITULO 220

Capítulo 220 - Wharton La capital imperial del Imperio O’Brien.

Channe.

En todo el continente Yulan, quizás sólo la capital del Imperio Yulan podía igualar a Channe en términos de tamaño.

En cuanto al nombre ‘Channe’, el mismo Dios de la Guerra O’Brien había elegido ese nombre.

La capital imperial, Channe.

Había millones de residentes allí.

Como una capital con más de cinco mil años de historia, Channe tenía muchos clanes antiguos.

En un lugar como la capital imperial de Channe, incluso los expertos de noveno rango eran bastante comunes.

Nadie se atrevía a actuar precipitadamente en la capital imperial, porque había demasiados poderosos clanes.

Pero, por supuesto, la principal fuerza de la capital imperial de Channe era, sin lugar a dudas, el Colegio del Dios de la Guerra Aunque los discípulos personales del Dios de la Guerra casi nunca mostraban sus rostros, incluso el más débil de los discípulos honorarios era al menos un guerrero del octavo rango, mientras que la mayoría eran guerreros de noveno rango.

A partir de eso, uno podría decir cuán asombrosamente poderoso era el Colegio del Dios de la Guerra.

Y, por supuesto, el maestro del Colegio del Dios de la Guerra.

El Dios de la Guerra por sí mismo.

Se debía entender que, en el Imperio O’Brien, se habían prohibido todas las demás religiones.

Incluso los plebeyos oraban al Dios de la Guerra.

¡El Dios de la Guerra se había convertido en el objeto de su fe! A partir de eso, uno podría decir lo importante que era el Dios de la Guerra en el corazón de los plebeyos.

La parte Este de la capital imperial de Channe era un lugar cubierto de palacios y residencias nobles, con el palacio imperial también situado dentro de la ciudad al Este.

Dentro de Channe del Este había una calle llamada Calle Roca Gigante y, en cada lado de la Calle Roca Gigante, había mansiones meticulosamente construidas.

Fueron todas construidas por la orden del clan imperial del Imperio, y se les daba como recompensa a los nobles y funcionarios gubernamentales que habían prestado grandes hazañas al Imperio.

Una de las mansiones en Calle Roca Gigante era la residencia de la estrella más nueva en ascenso del Imperio, el Conde Wharton.

Dos guardias robustos se situaban a cada lado de la puerta de su residencia, con la cintura rígida.

Y ahora mismo, dentro de la sala principal de la casa, había cuatro personas.

Los cuatro de ellos estaban de pie, pero uno de ellos se paseaba alrededor, frunciendo las cejas.

Parecía estar más o menos en sus veintiún o veintidós años.

Vestía un traje simple de guerrero, con el traje sin mangas revelando totalmente sus músculos abultados.

Tenía una nariz recta, gruesas cejas negras, y rostro de parecido a un bloque, lo que lo hacía lucir muy valiente y feroz.

Pero lo más sorprendente de él era su cuerpo.

Tenía una altura asombrosa de 2,2 metros.

Tenía los hombros masivamente anchos, una cintura relativamente estrecha, y dos poderosas piernas tonificadas.

—Sólo mediante la apariencia, Wharton parece ser más sorprendente que Linley.

—se dijo Hillman a sí mismo.

En comparación con Wharton, Linley parecía ser más reservado y discreto.

—Joven maestro Wharton, ¿le sigue preocupando la Séptima Princesa?  El Mayordomo Hiri, con la nariz roja de tanto beber vino, comenzó a reír alegremente.

Wharton se giró a mirarlo sin poder hacer nada y dijo: —Abuelo Hiri, sabes que esa gente está persiguiendo a Nina.

El otro joven en el grupo de cuatro rio y dijo: —Joven Maestro Wharton, ¿por qué un hombre tan audaz y sincero como usted es tan aprensivo y nervioso cuando se trata de los asuntos del amor? ¿Por qué no va con ella a conocer a Su Majestad Imperial? ¿No es así de simple? —¿Sólo ir directamente?  Wharton levantó una ceja.

Hillman también lo animó: —Nader tiene razón.

Usted ya es un guerrero de octavo rango, y el vástago del clan Guerrero Sangre de Dragón.

Su Majestad Imperial seguramente sabe que para que un descendiente del clan Guerrero Sangre de Dragón llegue al octavo rango significa que definitivamente ha sido capaz de entrenar el qi de batalla Sangre de Dragón, por lo que tiene la capacidad de transformarse.

Como Hillman lo veía, que alguien llegase al octavo rango sin entrenamiento en qi de batalla era prácticamente imposible.

Pero Hillman no tenía ni idea de que, en ese momento, al lado de Linley, había cinco hermanos que habían llegado al octavo rango solo basado en el entrenamiento físico.

—Wharton, como un Guerrero Sangre de Dragón, eres un partido calificado para casarse con la Séptima Princesa.

Confío en que Su Majestad Imperial estará de acuerdo —el Mayordomo Hiri rio mientras hablaba—.

Pero en cuanto a pedir su mano, creo que podría ser mejor si deja que la Séptima Princesa se lo diga a Su Majestad Imperial en primer lugar.

De esa manera, usted ya tendrá una mejor idea al entrar.

El mayordomo Hiri y Hillman se miraron el uno al otro, entonces ambos se echaron a reír.

En el último año o dos, la relación entre Wharton y la Séptima Princesa del Imperio se había vuelto muy conocida en toda la capital imperial.

Sólo que, los otros jóvenes nobles de la capital imperial se habían negado a renunciar.

Es más, dos de ellos eran bastante competitivos.

—Basta de eso por ahora.

Wharton negó con la cabeza.

Él confiaba en la Séptima Princesa.

La Séptima Princesa ya le había dicho hace mucho tiempo que aparte de él, ella no se casaría con nadie más.

Pero Wharton también sabía que el matrimonio de una princesa imperial no estaba en manos de ella.

Además, Wharton no quería que la Séptima Princesa estuviese demasiado frustrada e infeliz.

Si él podía casarse con ella abiertamente, eso sería lo mejor.

—Cierto.

Abuelo Hiri, ¿alguna noticia de mi hermano? —preguntó Wharton.

—Mayordomo Hiri asintió y dijo: —El Conglomerado Dawson ha avisado que su hermano mayor se mantiene oculto en reclusión, donde sigue entrenando.

No hay noticias especiales.

—Mi hermano mayor está trabajando tan duro como siempre.

En su corazón, Wharton admiraba mucho a Linley.

Muchas de las responsabilidades pesadas del clan Guerrero Sangre de Dragón, como la reclamación de su herencia ancestral, o vengar las muertes de sus padres, habían sido asumidas por Linley.

En cuanto a él, Wharton, podía permanecer allí en la capital imperial y entrenar tranquilamente.

Incluso desde lejos, Linley continuaba escudándolo del viento y la lluvia.

—Hermano mayor...

Wharton todavía recordaba cómo, cuando era joven, y esos dos combatientes de nivel Santo estaban batallando fuera del pueblo de Wushan, esas rocas habían llovido densamente de los cielos.

Su hermano mayor había ignorado su propia seguridad para cubrir a Wharton con su propio cuerpo.

Wharton podía recordar claramente ese momento peligroso...

—¡Al suelo!  Linley había gritado con furia hacia Wharton, mientras cargaba hacia él sin tener en cuenta su propia seguridad.

Linley había usado su propio débil y frágil cuerpo para proteger a Wharton.

Después de salir de su casa a la edad de seis, Wharton, ahora tenía veintidós años.

Dentro de un mes, tendría veintitrés.

Habían pasado casi diecisiete años.

No había visto a su hermano en diecisiete años.

—Joven maestro Wharton, no se preocupe demasiado.

El joven maestro Linley vendrá a encontrarlo una vez su entrenamiento llegue a cierto nivel.

Después de todo, él sabe exactamente dónde vive —dijo el mayordomo Hiri para consolarlo.

Wharton asintió, luego rio de sí mismo.

—Cuando hermano mayor me vea, me pregunto si todavía me reconocerá.

—El niño de seis años ha cambiado bastante.

Jaja...

Es cierto que su hermano mayor no podría reconocerle.

Hillman comenzó a reír.

Nader también asintió.

—Cuando llegué junto a mi padre desde la Unión Santa, inicialmente tampoco podía reconocerlo, joven maestro Wharton.

Fue sólo después de que vi al Mayordomo Hiri que me di cuenta de que ese gran hombre que era incluso más alto que yo era en realidad ese pequeño niño que solía conocer.

—Nader, tú bribón.

Wharton lo fulminó con la mirada.

Nader era el hijo de Hillman.

Sin embargo, Nader no tenía mucho talento como guerrero; aunque ya tenía veinticinco años, Nader era sólo un guerrero de cuarto rango.

Pero Nader era muy discreto y cuidadoso, y así, junto a su padre, se las arregló y supervisaba el trabajo de todos los guardias de la mansión.

—Whoah, se está haciendo tarde —Wharton sacó un reloj de bolsillo y le echó un vistazo—.

Abuelo Hiri, tío Hillman, tengo que salir.

—Debe estar yendo a encontrarse con la Séptima Princesa de nuevo.

Nader rio, poniendo intencionadamente una sonrisa en su rostro.

Wharton rio con confianza hacia Nader.

—Naturalmente.

Qué, ¿estás celoso?  Mientras hablaba, Wharton rio mientras salía.

Observando a Wharton irse, el Mayordomo Hiri se sintió muy conmovido.

—Cuando llegamos, el joven maestro Wharton era sólo un niño.

Pero ahora, él ya ha crecido.

He cumplido con la tarea que Lord Hogg me dio.

Cuando pensaba en Hogg, Hiri no podía dejar de suspirar.

—El clan Baruch ha dormido durante muchos años.

Pero ahora, por fin ha comenzado a despertar.

En otros diez años, muy probablemente todo el continente Yulan volverá a estar lleno de gente discutiendo sobre los legendarios Guerreros Sangre de Dragón —dijo Hillman con confianza.

Llevando la espada de guerra ‘Sacrificadora’, Wharton cabalgaba un Tigre Dientes de Sable por las calles.

Los Tigres Dientes de Sable eran bestias mágicas de octavo rango, debido a su aura, las bestias mágicas ordinarias se acobardarían alejándose de él.

Lo que es más, Wharton era físicamente enorme por sí mismo.

Juntos, ellos planteaban un espectáculo tan terrible que todo el que lo veía sentía temor.

Por lo tanto, los peatones en la calle todo le abrieron paso.

—Ese es el estudiante genio de la Academia O’Brien, Wharton.

Mira.

Él está montando una bestia mágica de octavo rango.

—Tigre Dientes de Sable.

¡Cuán feroz! Si yo tuviese una bestia mágica, qué genial sería.

Mucha gente en las calles charlaba acerca de Wharton al pasar.

En el pasado, cuando Linley había visto un Velocidragón por primera vez, él también había soñado con tener una poderosa bestia mágica como un Velocidragón como su compañero.

A los ojos de muchos jóvenes, Wharton era su modelo a seguir.

Los Tigres Dientes de Sable eran extremadamente rápidos.

Incluso cuando se viajaba por las calles, ellos avanzaban muy rápida y ágilmente.

—Aquí estamos.

Wharton vio el magnífico hotel desde muy lejos.

Ese era el punto de encuentro designado por él y la Séptima Princesa.

La recepcionista del hotel también reconoció a Wharton, y de inmediato abrió la puerta para que entrase.

Liderando al Tigre Dientes de Sable detrás de él, Wharton entró en el hotel.

Wharton miró alrededor del hotel, con la mirada finalmente centrándose en la persona que más le importaba.

De inmediato llamó alegremente: —Nina.

Pero justo en ese momento, Wharton frunció el ceño de repente...

Porque él también vio una vez más a la persona que lo irritaba.

—Wharton.

Nina tenía una cabeza llana de cabello rubio brillante y lustroso, su pálido rostro era tan encantador como siempre.

Sus ojos brillantes no tenían un solo toque de impureza en ellos.

Nina corrió alegremente hacia Wharton, quien de inmediato dio un paso adelante, tomando a Nina de la mano.

—Ese tipo me está molestando de nuevo —susurró a Wharton.

Wharton miró al hombre distante, diciendo en voz baja: —Nina, no le pongas atención a ese tipo.

Pero justo en ese momento, el apuesto joven se acercó.

Con una risa tranquila, dijo: —Wharton, realmente no esperaba verte aquí.

¿Por qué es que siempre apareces donde está Nina? —Cierra la boca, Lamonte —Wharton frunció el ceño—.

Recuerda.

El nombre de Nina no es para que alguien como tú lo diga.

Además, la pregunta que me hiciste, yo debería estar haciéndotela a ti.

¿Por qué es que dondequiera que Nina está, siempre apareces? Lamonte miró a Wharton, con una sonrisa que no era una sonrisa en su rostro.

Aunque en la superficie, él no parecía importarle mucho, en su corazón, a Lamonte realmente no le gustaba ese Wharton.

Después de todo, fue Wharton quien había tomado a Nina lejos de él.

—Oh, un Tigre Dientes de Sable —Lamonte miró al Tigre Dientes de Sable, de Wharton.

Riendo, dijo—: Wharton, ¿algún interés en dejar que mi Tigre Mastín de Ojos Azules tenga una pelea contra tu Tigre Dientes de Sable? Apuesto que el mío ganaría.

Los Tigres Mastines de Ojos Azules y los Tigres Dientes de Sable eran ambos bestias mágicas de octavo rango.

Sin embargo, también había diferencias de poder entre las bestias mágicas de octavo rango.

Por ejemplo, los Mastines de Melena Dorada y Tigres Mastines de Ojos Azules eran considerados uno de los mejores tipos de bestias mágicas de octavo rango.

Los Tigres Mastines de Ojos Azules eran particularmente eficaces en contra las bestias mágicas tipo tigre.

—No estoy interesado —Wharton no le prestó a su sugerencia ninguna atención en absoluto.

Mirando fríamente a Lamonte, dijo—: Lamonte, si realmente quieres tener una competición, no me opondría a tener un combate en tu contra.

¿En cuanto a competir entre bestias mágicas? Hmph.

—¿Una competencia entre hombres? Lamonte soltó una carcajada, y luego ya no dijo nada.

Él, Lamonte, era un discípulo de honor del Colegio del Dios de la Guerra, y era un guerrero de noveno rango.

De hecho estaba calificado para ser arrogante.

Pero en ese momento, prácticamente la totalidad de los clanes antiguos de la ciudad imperial sabían que Wharton era del clan Baruch, que a su vez era el clan de los Guerreros Sangre de Dragón.

Y Wharton era claramente capaz de utilizar qi de batalla.

Un descendiente del clan Guerrero Sangre de Dragón que podía utilizar qi de batalla era, sin duda, capaz de tomar la Forma de Dragón.

Lamonte sabía muy bien que, aunque Wharton parecía ser sólo un guerrero de octavo rango, al utilizar esa única espada de guerra suya para atacar, él podría luchar a la par con los guerreros ordinarios de noveno rango.

Pero una vez que Wharton se transformase, él, Lamonte, no sería su rival en absoluto.

—Vámonos.

Acariciando suavemente la cabeza del Tigre Mastín de Ojos Azules, Lamonte carcajeó ligeramente.

Y luego, Lamonte se fue junto a su bestia mágica, así como así.

Nina y Wharton se dirigieron directamente a una habitación privada de lujo en el segundo piso del hotel.

En cuanto a la sirvienta de Nina, ella se quedó fuera de la sala.

—Tú, gran tonto, dime, ¿qué debemos hacer con respecto a Lamonte? Él es tan molesto —preguntando en una voz suave, Nina se encontraba anidada en los brazos de Wharton.

‘Gran Tonto’.

Así era como Nina se había dirigido Wharton la primera vez que se vieron.

Cada vez que se encontraban en privado, así era como Nina lo llamaría.

—Es tu culpa por ser tan encantadora, Nina —Wharton sonrió mientras pellizcaba la nariz de Nina—.

En realidad, no me importa demasiado ese Lamonte.

El único que me preocupa es Caylan.

—¿El hermano mayor Caylan? —dijo Nina con resignación—.

Sólo pienso en él como un hermano mayor, pero...

Sigh.

Caylan tenía veintitrés años de edad, pero ya era un mago de séptimo rango.

Había unos cuantos guerreros de séptimo rango de 23 años, pero muy pocos magos.

Por otra parte, Caylan había llegado al séptimo rango como mago cuando tenía veintiún años.

Si Linley no hubiese esculpido ‘Despertar de un Sueño’, lo más probable es que le hubiese tomado hasta los veinte llegar al séptimo rango.

En la capital imperial, Caylan era considerado un mago genio.

Había sido amigo de la infancia de Nina.

Y lo más importante, el padre de Caylan era el Primer Ministro de Izquierda del Imperio, un hombre muy poderoso.

El mismo Caylan era, en pocas palabras, una persona muy buena.

Se podía decir que él era una persona casi perfecta.

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